Por Félix Cortés Camarillo
Bien pudiera parecer que se trata de una ineficiencia en la comunicación o una divergencia entre aliados que no lo son tanto. Resulta que en su visita a Monterey la candidata a la presidencia Xóchitl Gálvez, prometió que en el primer semestre de su ejercicio como presidente de la República ordenaría el cierre y la transformación de la refinería de Cadereyta –a cuarenta kilómetros del centro de Monterrey– para que dejara de contaminar el aire que respiramos los regios. El alcalde de Cadereyta quien procede del PAN que también patrocina a la señora Gálvez, dijo que ni madres: que la refinería ahí se queda.
Los regios, que también sabemos que en la polución ambiental que nos mata lentamente participan oros factores: Ternium del acero, las cementeras que se comen nuestros cerros desde hace decenios, y sobre todo los más-menos dos millones de vehículos de combustión interna que emiten humo negro por sus mofles. Pero que la refinería de Cadereyta echa pestes, sí que los echa.
Bien sabemos que el futuro de las energías dejó de ser el petróleo desde hace muchos años, que tenemos que buscar nuevos energéticos además de los solares, eólicos o nucleares que nos libren de la cárcel de ozono que nos tiene atrapados.
Podemos hablar de eso otro día. Sin embargo, raudo y veloz ayer el mentiroso presidente López se opuso a tocar la refinería de Cadereyta y se apresuró a decir en su mañanera que las emisiones de la planta de Pemex en Cadereyta eran por debajo del índice permitido. Que él tiene los datos que sustenten su verdad.
Algo le deben haber contado a quien se supone que sabe todo lo que pasa en el país, para que el presidente López empiece a sentir pasos en la azotea, que le hagan dudar de que su candidata a presidente arrasaría el primer domingo en las urnas. Usando la verborrea que Lopitos usa, tiene listo –y lo anunció ayer– su plan B: Le coupe d´etát technicien, el golpe de Estado técnico, esto es incruento, sin uso de armas.
Según el presidente López, el malvado Instituto Nacional Electoral hará fraude en las elecciones de junio. El Tribunal Electoral de la Federación avalará ese fraude y la Suprema Corte de Justicia se hará cargo de la Nación en tanto que se convoca a nuevas elecciones. Si para entonces nos queda algo de país.
No nos equivoquemos: el presidente López no es pitoniso, pero sabe perfectamente cuál es su plan en el caso de que doña Claudia no logre la mayoría. Gritar ¡penalty!, anular las elecciones y darse un golpe de Estado a sí mismo. Sabe que no tiene las de ganar con esa candidata.
Lo que yo no sé, ni tampoco sé si él sabe, es cómo se van a comportar los altos mandos de sus apapachadas fuerzas armadas ante una situación que no han enfrentado en más de un siglo.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): ¿Hasta cuándo cree que puede la señora Scheinbaum defender su idea de que el país es seguro, cuando a su compadre y padrino se le está desmoronando?
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