Por José Jaime Ruiz
El presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a un golpe de Estado blando, o técnico, lo que regularmente conocemos como lawfare o golpe judicial: “Sí, ellos pueden calumniar libremente y yo no puedo ejercer mi derecho de réplica, mi libertad o mis funciones como presidente; que tengo que garantizar que el país se desenvuelva en un ambiente de justicia, de legalidad, de democracia. Pero así están.
“Quién sabe qué encuestas están viendo, quién sabe que está opinando la gente que los trae así, tan nerviosos. ¿Van a dar un golpe de Estado técnico? ¿Van a hacer un fraude electoral desde los tribunales, desde el Poder Judicial? ¿Le van a hacer caso a Claudio X. González, a Ramón Cossío?, ¿Ramón se llama?”.
Desde hace semanas la candidata de la oligarquía, Xóchitl Gálvez, trató de preparar el terreno para deslegitimar la elección al exigirle a López Obrador que no se metiera en el proceso electoral porque esas intromisiones darían motivo a la anulación de los comicios, porque viola la imparcialidad, ergo, la equidad a la que obliga la Constitución.
Dijo Xóchitl que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación está elaborando un cuadernillo de este tipo de incidencias, “donde el presidente se está metiendo en la elección y si son determinantes y la ventaja fuera pequeña, pues sí son elementos de anulación de la elección, porque se está violando la imparcialidad por parte del presidente en la elección”.
En el mismo tenor, aseguró desde Aguascalientes que “la tolerancia con el crimen organizado ha derivado en una peligrosa advertencia de los magistrados del Tribunal Electoral. Ellos han dicho que la violencia generalizada en la elección puede derivar en la anulación de los comicios. Hoy el crimen organizado controla vastos territorios del país. El gobierno no debe permitir que ese control territorial trastoque la voluntad ciudadana que se expresará en las urnas”.
Como parte del ablandamiento se dan también las intrigas y propagar miedo en los medios de comunicación promoviendo todo tipo de desinformación.
En esta parte del ablandamiento se concertó la desinformación de Tim Golden en ProPublica y en el New York Times con notas que no fueron noticias pero sí calumnias acerca de la relación de las campañas de AMLO supuestamente subvencionadas por el narco. También el gasto de millones de dólares con hashtags de “narcopresidente” y “narcocandidata”; esta campaña creció muerta y no tuvo incidencia en el electorado.
La etapa de “Ablandamiento” no termina, pero ya se puso en marcha la segunda etapa llamada “Deslegitimación” que consiste en la manipulación de los prejuicios ideológicos, el reclamo por falta de libertad de expresión y denuncias de dictadura y totalitarismo. Así, invirtiendo su el golpe de Estado, se acusa ahora de que dicho golpe no viene desde la derecha trasnacional sino desde la misma 4T.
En esta etapa de deslegitimación, a coro, se encuentran la visita de Cayetana Álvarez y su servicio a Xóchitl Gálvez criticando a AMLO; la intromisión de la iglesia católica para formalizar un “compromiso de paz” sesgado, que quiso favorecer a Gálvez. También el desplegado inequitativo de los intelectuales orgánicos de la derecha, encabezados por Enrique Krauze, Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín, pidiendo un “piso parejo”.
Son tan básicos, Claudio X. González, Xóchitl Gálvez y secuaces quieren anular la elección, sólo basta leer a Castañeda en El Universal: “…nos hallamos ante una elección de Estado, donde el Presidente y el gobierno violan sistemáticamente la legislación electoral y buscan influir indebidamente en el desarrollo de las campañas (…) La segunda razón consiste en las dudas que existen sobre si el Estado reconocerá la hipotética derrota de su candidata, y qué sucedería en ese caso. Y el tercer motivo, que ya se comprobó en 2021 y fue oportunamente denunciado justamente ante la OEA, radica en la influencia, la participación, y en su caso posiblemente las alianzas de Morena con el crimen organizado en distintos estados de la República”.
Son tan básicos en la construcción de su golpe de Estado blando. Hasta ahora sus intentos por desestabilizar han fracasado una y otra y otra vez. Político del cálculo exacto, Andrés Manuel López Obrador ya blindó a la 4T a través de la Mañanera al denunciar el sabotaje de las elecciones por parte de la derecha, sus esbirros y su golpe de Estado.