Jorge Luna (México, 1961) dice que al pintar hace mucho caso de sus sueños porque los considera el teatro del subconsciente y por eso trata de entender su mensaje; informa MILENIO.
“Extrañamente algunos sueños resultan premonitorios, me ayudan a descubrir el encanto en los objetos más inesperados. Así que cuando descubro alguna posibilidad en un juguete de plástico, una cáscara o una hoja, preparo mis modelos disponiéndolos de un modo teatral. Los ilumino con espejos o con la simple luz de una ventana, me fascinan los reflejos, refracciones y me pierdo en ellos, como si explorase otras dimensiones”.
Esa es su forma de disponer los elementos y de estructurar su mente fantasiosa, de compartir con el espectador su mirada, esa que presenta en su más reciente exposición, Conexiones, inaugurada este fin de semana en la Casa de Cultura Juan Rulfo.
El pintor, con alrededor de una treintena de exposiciones individuales en México, Suecia y en Mónaco, comenta que siempre está lleno de ideas.
“Tengo un acervo fotográfico muy extenso y es difícil seleccionar porque mis pinceles son muy lentos; me gusta convivir prolongadamente con cada cuadro, eso me induce al trance y concibo muchos posibles títulos pues hago una narrativa tras otra, creo que así también habrá muchas interpretaciones”.
Espacio íntimo
Luna, cuya obra forma parte de la Colección MILENIO Arte, refirió que la exposición está conformada por 18 obras de formato mediano.
Sus pinturas siempre están acompañadas de títulos y reflexiones, como cuando hace alusión a la luz, la cual concibe como la primera puerta de percepción, “no tiene forma ni límites, sin embargo, dibuja las formas y todos los límites”.
Destaca el óleo sobre tela La circulación del cubo: “Desde el ajedrez y los antiguos juegos de mesa chinos, pocos pasatiempos matemáticos han sido tan impactantes como el cubo de Rubik. No se han fabricado suficientes para tener a cada uno en una posición distinta; si esto fuera posible, formados en línea su longitud sería de más de 250 años luz, de acuerdo con la información del libro Matemáticas, de Clifford A. Pickover”.
El artista, egresado de la licenciatura de diseño para la comunicación gráfica de la Universidad Autónoma Metropolitana, explicó que las pinturas de Conexiones “son figurativas, y aunque visualmente es muy amable para el espectador, no faltará quien tenga una mirada más profunda pues la propuesta se ofrece a diversas interpretaciones”.
¿A qué obedece el título de la exhibición?
Las obras de arte son por sí mismas una conexión, desde mi punto de vista los artistas no venimos al mundo a entenderlo, sino a extrañarnos de él, de este modo aportamos una visión distinta y, gracias a esto, dialogamos con el espectador, ofreciendo en los lienzos, en mi caso, aquello ya visto y conocido pero de un modo distinto.
¿Qué hay de ti en tu obra?
Mi obra es mi mundo, mi entorno, y mi radio de actividad transcurre en un espacio íntimo. Me expando hacia el interior y de ahí me proyecto para establecer un nexo hacia la gente. Para mí realizar cada cuadro es similar a vivir un cuento, es ese rincón encantado donde hay una hoja seca o un libro. Por cierto, una de las piezas se titula El llano en llamas y es un homenaje a este maravilloso libro. También está el retrato de una gata fascinante que conocí y por la cual ahora vivo con tres gatos.
La exhibición Conexiones en la Casa de Cultura Juan Rulfo permanecerá montada un mes, y Luna no cree que itinere porque “casi siempre suelo adaptarme al espacio y la temática del recinto”.
Imagen portada: Jesús Quintanar | MILENIO