Por José Jaime Ruiz
En las elecciones para la alcaldía de Monterrey, desde el pragmatismo, Movimiento Ciudadano debe convencer del voto práctico, del voto útil. En la simplicidad de las preguntas aparece la complejidad del voto razonado. ¿Qué persona le conviene a los regios para la alcaldía? ¿Mariana Rodríguez Cantú o Adrián de la Garza Santos? ¿Para qué votar por Mauricio Cantú, Patricio Zambrano o Adalberto Madero si se sabe de antemano que ellos no tienen ninguna posibilidad de ganar?
Quien ha probado la sal, sabrá mejor que nadie a lo que sabe el azúcar. Nuestros políticos no cambian de esqueleto, aunque en cada campaña traten de vestirse con un exoesqueleto o servoarmadura diferente al de su interior. Así, las propuestas de Adrián de la Garza suenan viejas, recicladas, aunque trate de colocar la “A” de su nombre como una especie de logotipo de los “Avengers”. Dos problemas lo dominan: su obsesión por haber perdido la gubernatura ante Samuel Alejandro García Sepúlveda y la falta de una agenda fresca, esto es, ya tuvo su oportunidad de gobernar Monterrey y la dilapidó en corrupción. Peter Sloterdijk se preguntó: “¿Qué hay más grotesco que la definición de la política como una disciplina que trata de los rebaños de seres pedestres?”.
A quien se jacta de ser un profesional de la Seguridad, Mariana Rodríguez le asestó el primer golpe de una campaña propositiva: la creación de la Policía Completa, una ley de justicia civil, reclutar 1000 nuevos policías y 200 nuevas patrullas y la creación de la división formada y comandada por mujeres para la atención de la violencia de género. Así, Mariana despojó a Adrián de su oferta principal, la policiaca, la de la seguridad.
Vuelvo a lo pragmático porque en la simplicidad de las preguntas aparece la complejidad del voto razonado. ¿Quién le conviene más a los ciudadanos de Monterrey? Samuel Alejandro seguirá siendo el gobernador de Nuevo León, Claudia Sheinbaum será la presidenta de México. ¿Cuál es la relación de Adrián de la Garza con García Sepúlveda? Pésima. ¿Cuál la relación de Adrián con Sheinbaum? Nula. Con Adrián como presidente municipal de Monterrey, desde el pragmatismo administrativo y gubernamental, perderán los regiomontanos porque los recursos no fluirán y lo que fluya no será para los ciudadanos sino para Adrián y sus cómplices y para quien ejercería desde una oficina del Palacio de Cristal como alcalde en funciones, como ya lo hizo antes, Francisco Cienfuegos.
Votar por Adrián es votar por el masoquismo; votar por los otros es desperdiciar el voto. ¿Qué persona le conviene a los regios para la alcaldía? ¿Mariana Rodríguez Cantú o Adrián de la Garza Santos? Desde esta perspectiva práctica la complejidad se simplifica en una disyuntiva razonable: querer que le vaya bien a Monterrey o desear que le vaya mal.
