Por Obed Campos
Los que me conocen bien saben que no bailo ni en defensa propia, y menos ahora que, al paso de los años pago caro los vicios de juventud.
Aclaro esto porque me chuté anoche las dos horas del debate presidencial y nada, que todo salió como yo lo esperaba, con una Claudia Sheinbaum que se ganó a pulso el mote de #LaDamaDeHielo, por aquello de que habían de tener a mano un médico que certificara si seguía viva, una Xóchitl Gálvez que si no fuera cómica sería ridícula y un gris gris gris Jorge Álvarez Máynez, que no supo ni siquiera colgarse de los dardos de una ni de otra.
Bueno, me quedo corto con el título de esta entrega “Debate: Más aburrido que bailar con una hermana”, porque la escena menos aburrida del debate la protagonizaron antes de comenzar el evento el extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto y su esposa, la consejera electoral Carla Humphrey quienes aprovecharon la sombra del frontispicio del edificio del INE para darse no uno sino dos tremendos arrejuntones y sus respectivos besitos.
Así que Xóchitl Gálvez, candidata por la coalición Fuerza y Corazón por México, llegara al INE en bicicleta, no dio la nota.
Como la cara inexpresiva de Claudia ante la mención lo del Rébsamen o de la tragedia en el Metro y eso sí, evitando hacer contacto visual con sus adversarios candidatos.
Y pobrecito Jorge Álvarez Máynez, que hasta en lenguaje de sordomudos intentó subirse al ring, pero no encontró ni round de sombra.
Al final Mario Delgado, líder nacional de Morena, interrumpió su perorata en la que celebraba “la victoria” de Sheinbaum en el debate porque fue interrumpido por Cecilia Flores, madre buscadora quien le gritó: “Xochitl Gálvez fue la única que dio propuestas a favor de los desaparecidos”.