Por José Jaime Ruiz
Para los políticos en campaña electoral el libro Elogio de la traición. Sobre el arte de gobernar por medio de la negación de Denis Jeambar y Yves Roucaute (Gedisa) debe ser un libro de cabecera, nunca se traiciona más que en la época electoral: “No pasa una semana sin que alguien traicione a un ‘amigo’, abuse su confianza, corra a socorrer al campo enemigo”. En política no existe el pegamento Kolaloka; frágiles, las adhesiones son de cinta Scotch: “En plena campaña parlamentaria de junio de 1988, Jacques Chirac sostuvo: ‘Las adhesiones son la fórmula política de la traición’”.
Las adhesiones públicas disminuyen la traición; las oscuras, la exacerban. Es el caso del Partido del Trabajo y su relación con otros partidos y movimientos, si ya se sabe de qué lado cojean cuando bailan Alberto Anaya y Guadalupe Rodríguez, si ya se sabe cómo son, ¿pa’qué los invitan a la fiesta? El PT existe nacionalmente en conocimiento gracias a Andrés Manuel López Obrador y Gerardo Fernández Noroña; más que satélite, partido rémora. En Nuevo León en cada elección negocian los votos de su población clientelar que gira alrededor de Tierra y Libertad y los Cendis.
A finales de febrero el PT se desligó de Morena para candidaturas comunes en Nuevo León ya que consideraron inequitativa la distribución de los puestos de elección popular. Beto y Lupita escindieron su pasado de izquierda y entregan los votos del PT al mejor postor, aquel que les resuelva –a pesar de mala administración y corrupción–, la supervivencia de los Cendis y la militancia clientelar que gira alrededor de Tierra y Libertad. Rémoras del PRIAN, se sienten muy a gusto con personajes como Rodrigo Medina, Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos. Después de su ruptura local con Morena, su cercanía con el gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda y Movimiento Ciudadano es de dientes hacia afuera porque en realidad pactaron trasvasar sus votos cautivos a Adrián de la Garza y no a Mariana Rodríguez Cantú.
Suele suceder que las elecciones para la alcaldía de Monterrey tengan resultados apretados e, inclusive, judicializados, como cuando se enfrentaron el entonces panista Felipe de Jesús Cantú y Adrián de la Garza –las candidaturas a modo, como la entregada por el PAN al PRI no cuentan. No existe una diferencia abismal entre quienes votarán por Mariana o por Adrián. El PT no favorece la candidatura morenista de Mauricio Cantú, lo suyo es participar estructuralmente con el PRIAN. En una elección cerrada donde los votos de diferencia fluctúan entre los 10 mil y 20 mil sufragios, el factor PT adquiere relevancia.
Hasta ahora el PRIAN sigue atacando el punto vulnerable en la elección, ya que el rival más débil es Luis Donaldo Colosio Riojas por su ineficiencia como alcalde. Los recientes datos y la percepción ciudadana en el tema de la seguridad complican no sólo su candidatura al Senado, también le pegan a la campaña de Mariana, lo cual es aprovechado por Adrián de la Garza.
En los próximos días sabremos si, fieles a sus marrullerías y negro espionaje, Adrián de la Garza y Paco Cienfuegos lanzan una bomba electoral en contra de Mariana como en las pasadas elecciones lo hicieron para descarrilar la ventaja de Clara Luz Flores. Para esa eventualidad, MC tiene que contar con una estrategia de control de daños y, asimismo, tener lista su propia bomba electoral contra Adrián de la Garza.
Como lo hicieron con Marcelo Ebrard en la interna de Morena, Paco y Adrián busca acercarse a Claudia Sheinbaum y trazar otro acuerdo perverso: el voto cruzado a favor de Sheinbaum y de Adrián en Monterrey, a la manera de Jalisco y el “voto útil”, traicionando a Xóchitl Gálvez de la mano de Cienfuegos, su coordinador de campaña en Nuevo León. De la Garza y Cienfuegos quisieron capturar la candidatura de Francisco Javier el Abuelo Cruz en una reunión de tres horas, lo que le valió al Abuelo que no lo consideraran en Morena para la alcaldía de Monterrey; quieren acercarse a Sheinbaum y traicionar a Xóchitl; hasta ahora han logrado comprar a Beto y Lupita del PT para asegurar los supuestos votos mínimos del triunfo. Desesperados por sobrevivir, traicionan como respiran.
