Por Félix Cortés Camarillo
Se le ocurrió a algún retrasado mental que cobra como dirigente de un partido político, pedirle públicamente a este muchachito Máynez, que se avergüenza obviamente del apellido de su padre, candidato a la presidencia del país del Movimiento Ciudadano, que decline en favor de Xóchitl Gálvez. Se necesita ser muy pendejo, o pensar que Dante Delgado Ranuro, el dueño de esa concesión política, se chupa el dedo.
Cualquier persona con tres dedos de frente sabe que, pese a la encuesta patrocinada de El Norte, las elecciones del dos de junio serán estrechamente cerradas y que lo que moverá la aguja del péndulo serán los votos indecisos; en efecto, los que abandonen al MC, voluntaria o disciplinadamente y los que todavía hoy no están seguros de si van con melón o con sandía.
Nos se necesita llamarse Alejandro Moreno para entender eso. Lo tomé en cuenta al abordar otro fenómeno electoral que nos afecta enormemente: las elecciones en los Estados Unidos.
Escribí aquí mismo, hace un rato, que los jóvenes universitarios de los Estados Unidos estaban despertando a una madurez política imprevista. ¿Quién iba a imaginar que los muchachos que no tienen otro foco de atención que en su teléfono celular iban preocuparse -y actuar en favor- de la causa de un estado Palestino que está siendo objeto de genocidio por parte de Israel?
Pues resulta que sí están muy interesados. No solamente en Nueva York o en Los Ángeles, en donde además han sido reprimidos en el más clásico estilo de la policía mexicana. La inquietud estudiantil norteamericana ha llegado en todo el país -y en otros- a los extremos indeseables del antisemitismo hacia sus compañeros de estudios judíos.
El presidente Biden se ha hecho ganso. No puede abandonar a su aliado de tanto tiempo como es el estado de Israel. No puede tampoco, en la más pura esencia del pensamiento humanista norteamericano y su ética colectiva, dejar que los palestinos no tengan más opción de destino que morir de hambre en la franja de Gaza o por las esquirlas del bombardeo del rey David. Sobre todo a siete meses de la reelección o no.
Ante la amenaza, amenaza real, de que la derecha recalcitrante y nazi de los Estados Unidos le abra nuevamente las puertas de la Casa Blanca a Donald Trump. Biden necesita ponerse las pilas. Eso dice un documento de 88 legisladores entregaron a Biden pidiéndole acción para no perder. En medio de este sanquintín se encuentran millones de votos de norteamericanos jóvenes y de votantes de origen musulmán. Que no son pocos, si se echan cuentas, y que han estado presentes den las elecciones anteriores.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan hablar sin tapabocas) Señor Lopitos: ya tengo la solución para el problema de la inseguridad. Una tercera parte de los mexicanos nos postulamos para algún puesto de elección popular, al cabo hay un chingo. Solicitamos protección al INE y usted y sus policías se apolingan con otro tercio para que nos cuiden. El resto va a tratar de matarnos, ¿habrá tiempo?