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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“La guerra no consiste sólo en la batalla sino en la voluntad de contender.” // Thomas Hobbes

Cuando estamos a poco más de 20 días de que se realicen las elecciones, resulta sumamente preocupante el nulo nivel de debate entre los contendientes a los diferentes cargos y, más que ello, el hecho de que un candidato sin la más mínima posibilidad de ganar marque la agenda mediática.

Porque, seamos serios, no es algo que diga yo o que marquen las encuestas, todos sabemos que “El Pato” Zambrano no pasa de ser un asunto anecdótico en las campañas ya que no tiene ninguna posibilidad de alcanzar la alcaldía de Monterrey, pero, ¿cómo es posible que el simple chisme (porque lo suyo ni siquiera llega a nivel de rumor, es chisme vil de lavadero) de que podía declinar en favor de Mariana, se haya convertido en el tema de un día?

Por principio de cuentas los votos no se transfieren en automático de una persona a otra, no son barajitas ni fichas de mesa de apuestas, por lo que la presunta declinación es una mala broma.

En el terreno de lo real no hay debate, no hay discusión de ideas, hay promesas, muchas promesas, sueltas, inconexas, sin lógica ni orden, lo que ellos creen, lo que sus encuestas les marcan, pero un planteamiento serio sobre un plan de desarrollo y de atención prioritaria de la metrópoli, no existe.

Por tanto no debaten y no hay forma de comparar sino con las puras promesas, aunque también hay, y mucho más que las promesas, acusaciones, señalamientos, chismes, rumores, comentarios, inserciones pagadas en contra, para que los electores tengamos la posibilidad de definir en base a ellas quién es el menos peor y así acudir a las urnas.

Ese es el nivel que nos ofrecen, pero también, ese es el nivel que tenemos décadas permitiendo y asumiendo como normal.

El cambio debería empezar por nosotros, exigiendo a las autoridades electorales, a los partidos y los candidatos, comportarse con seriedad y montar procesos con mayor altura de miras y más elementos que nos permitan tomar las mejores decisiones.

Es preocupante, pero nos encanta la pachanga.

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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