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Aurora tórrida y amparo boreal

Por José Francisco Villarreal

Muchos mexicanos tuvieron la oportunidad de ser testigos de un fenómeno natural insólito en esta parte del mundo: una aurora boreal. Yo le diría “aurora tórrida”, porque llegó junto con un calorón infernal que azotó, azota y azotará al territorio mexicano y que, a pesar de los apagones, debe tener felices a los recaudadores de CFE. No sé si el evento pudo ser visible, aunque sea ligeramente, desde este rincón panista del área metropolitana de Monterrey, San Nicolás, no San Pedro. La mera verdad es que ni curiosidad me dio. De niño, salvo en días nublados, pude ver el cielo estrellado con el mismo asombro que fue visto por cromañones, neandertales y presuntos sapiens. Si no hubiera sido tan apegado a misas y catecismos, hubiera podido idear toda una cosmogonía celeste, con un dios o dioses a imagen y semejanza de los humanos, con una religión administrada por clérigos y clérigas casaderos y decentes, sin infiernos, y con sacrificios humanos no más brutales que los incruentos castigos que me imponían cuando me portaba mal. Si esa no es una niñez feliz, no sé qué pueda serlo. Celebro, sí, a los mexicanos que vieron y disfrutaron ese fenómeno. Me conduelo de los que pocas o ninguna vez han podido disfrutar del cielo que yo veía. No es mala idea la que se les ocurrió en algunas ciudades de uno de esos países europeos nórdicos y fríos: iluminación pública con luz roja. Con ese filtro, el cielo se puede desplegar en todo su esplendor, libre de las sucias legañas de nuestro alumbrado público. ¿Así es la bóveda celeste? No creo, pero es mejor que no verla. Este truco nórdico confirmaría la reflexión de Campoamor sobre la linterna de Diógenes: “…nada hay verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira.” 

Pero ni con la lámpara de Diógenes ni con el cristal de Campoamor, hay manera de ver de otra manera lo que leí el sábado 11 de mayo en un artículo de Milenio: “En los últimos 12 años, las fiscalías de delitos electorales de los estados y la federal han iniciado, al menos, 35 mil 345 averiguaciones previas y carpetas de investigación. Sin embargo, los poderes judiciales emitieron, entre 2012 y 2024, sólo 39 sentencias condenatorias. De esas, más de 35 mil investigaciones, 21 mil corresponden al fuero federal.” Y de las sentencias condenatorias, ninguna por violencia electoral. Pero no hay que indignarse por esta sospechosísima pachorra judicial. Esta estadística está en vías de mejorar muchísimo. El Poder Judicial Federal y los poderes judiciales estatales, ahora sí deben estar muy atentos, por la inminente judicialización de las elecciones 2024, más atentos que yo sin lentes cuando limpio lentejas. Jueces, magistrados y ministros ya llevan buen rato probándose la toga de grandes electores para “interpretar” directa o indirectamente el voto ciudadano, lo que no es otra cosa que violar la democracia. No podría ser de otra manera. El Poder Judicial federal está bajo la dictadura de la derecha “rosa” con ministros, magistrados y jueces muy comedidos. En los estados también, y Nuevo León es un ejemplo claro del control partidista del Poder Judicial estatal. No veo que se haya sancionado con firmeza y dureza necesaria la impostura de un presidente panista de la Suprema Corte estatal cuando intentó tomar por asalto el Poder Ejecutivo con la complicidad de fracciones facciosas del Poder Legislativo. En lo que va de este sexenio, y en lo que resta de él, los poderes judiciales han demostrado que no son legales ni son legítimos. Si a la derecha “rosa” no le conviene la intención morenista de reformar estos poderes, a la derecha progre “naranja” sí debería interesarle plantear su propio “plan C”, con propuestas alternativas aceptables para todos los ciudadanos. Esto es, pavimentar el camino de la única oposición aceptable para los ciudadanos naranjas, no morenistas, antimorenistas, y derechistas honestos (que sí los hay). Con mayor razón si se cumple la profecía estadística y las elecciones del 2 de junio resultan en una derrota aplastante para la derecha “prianprdorganista-empresarial”.

Hay bastantes botones de muestra de la derechización del Poder Judicial, es un amplio muestrario de una mercería. No hay ámbitos del delito y de la política en donde no hayan retorcido el fiel de la balanza. Entre los más recientes, y seguro no será el último, está la decisión de un juez de otorgar un amparo para que PEMEX siga pagando una cuestionada pensión a María Amparo Casar. No dudo que el juez haya procedido conforme a la ley, siempre lo hacen, así sea en contra de los intereses del individuo o de toda la sociedad. Es curioso que ese juez se haya declarado incompetente sobre el caso y lo haya mandado a otro tribunal. Supongo también que se apegó a las reglas de su oficio. Pero para un lego en la materia siempre será inexplicable cómo sí otorga un amparo a pesar de su declarada incompetencia. ¿Será por tocayismo, de amparo a Amparo? Sabrá Dios. Pero a partir de la precipitación oficial para divulgar el caso, se han cacareado muchas derivaciones periféricas al hecho principal: un fraude a PEMEX, es decir, corrupción. Los piquitos y periquitos del caso no le interesan a la gente, que se quedó más helada que una noche boreal frente a otro de los innumerables amparos otorgados por el Poder Judicial Federal a todo género de bichos. Sin conceder, por ahora, que la señora Amparo sea uno de ellos. Tanto la parte oficial como la jaula de loros que defienden a la señora, nos quedan a deber lo importante, la comprobación de que sí hubo corrupción y, de haberla, su sanción. Si me viera en esa eventualidad, y se me suspendiera mi pensión que no llega ni al 5 por ciento de lo que recibía la señora, ni tendría tantos “defensores” ni conseguiría más amparo que el de la Divina Providencia, que ya de por sí a veces es bastante avara.

No puedo afirmar que la señora Casar sea culpable, sí puedo afirmar que como directora de Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad ha sido selectiva en sus “investigaciones”, lo que, como fachada de Claudio X, demuestra el verdadero propósito de la ya no tan apartidista organización civil. ¿Se trata de una venganza de don Andrés? No lo creo, más bien como dice una de las clásicas de José Alfredo: “Qué bonita es la venganza, cuando Dios nos la concede”. Porque los pormenores del caso de doña Amparo no se inventaron, ¡se descubrieron! Aunque este Poder Judicial todavía puede dejar con un palmo de narices hasta al propio Dios. Y sin duda intentará hacerlo.

Creo de verdad que esta no será la única carga estratégica de la oposición. Ya “calientan” el territorio nacional con hechos violentos. No sé los demás, pero yo ni de niño me chupaba el dedo. Una cosa son los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada, y otra el ataque sin sentido el regiones específicas y los atentados contra candidatos de cualquier partido. En este momento del proceso electoral, nada es casual. Es obvio que se pretende desestabilizar, generar incertidumbre y miedo en el elector. Hay intereses políticos detrás de cada atentado. Y en vista de cómo se están comportando las preferencias, es más que obvio a qué grupos políticos les conviene que la gente no salga a votar, o que vote por sus colores bajo presión. En el 2018 se demostró que la compra de votos ya no funciona como antes. Seis años de guerrillas sucias contra el régimen tampoco funcionaron, o bien fueron contraproducentes hundiendo en el fango del descrédito a partidos, organizaciones, medios y comentócratas. En los meses que van de precampañas y campañas, esa oposición derechista torpe y tripartita no ha podido ofrecer nada más que una candidata errática, contradictoria y sin carisma, y además el regreso al pasado, lo que nunca será la aspiración de ninguna sociedad. Son tan torpes que ahora ruegan a Álvarez Máynez que decline a favor de Bertha X, cuando fueron ellos los que lo obligaron a asumir esa candidatura ya que, para bien o para mal, impidieron la de Samuel García. No les queda otro recurso que violentar al electorado, boicotear las elecciones, y atrincherarse en el último bastión de la derecha nacional: el Poder Judicial.

PD. La derecha prianprdorganista acusa al compa Máynez de esquirol de la 4T. Yo no puedo negarlo ni afirmarlo. Viniendo de quienes viene la acusación, me inclino más a no creerlo. Lo que sí puedo afirmar es que es necesario para Movimiento Ciudadano permanecer en la contienda presidencial, además de mantenerse en todas las candidaturas que pueda. Es muy probable que no consiga la presidencia, y es posible que la enloquecida campaña de la derecha tripartita, esa hidra mefítica, no le dejen arrebatar el segundo lugar en las encuestas a Bertha X. No importa. Todos los votos naranjas que consiga serán muy importantes para que Movimiento Ciudadano se consolide como una opción política de oposición. Una mejor opción que los partidos y organizaciones marchantes y rosadas. Ellos solos se han desgastado demasiado, y como carecen de credibilidad y de ingenio, lo que quede de ellos seguirá desgastándose durante los siguientes seis años. Si Claudia S gana la presidencia, dependiendo de la gestión de ella y de la inteligencia de Movimiento Ciudadano, para los siguientes procesos electorales los colores eminentes podrían ser sólo el guinda y el naranja. ¿Y el usurpado color rosa “ciudadano”? Al lugar que de veras le corresponde: el INE.

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// José Francisco Villarreal

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Autor: stafflostubos
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