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Pedro J. Fernández: “No quiero que mis libros sean una clase de historia”

Pedro J. Fernández (Delaware, 1986) es ingeniero, sommelier y se dedica a escribir novelas históricas con toques de ficción, fórmula que le ha funcionado muy bien al abordar personajes como la Malinche, Emiliano Zapata o Porfirio Díaz; publica MILENIO.

El autor presenta su nueva novela Maximiliano: Memorias secretas del emperador mexicano (Océano) y reveló algunos secretos de este hombre atrapado en la encrucijada de la historia.

¿Por qué te interesaste en la novela histórica?

Yo crecí leyendo novelas históricas y me gustaba la que se hace en otros países, porque los personajes se presentaban y contaban su historia, pero en México no se estaba produciendo ese tipo de novelas y me puse a escribir lo que no estaba encontrando en anaqueles, ya sé que suena a cliché, pero es verdad, yo quería adentrarme a la vida de estos personajes y que me platicaran su vida en primera persona su vida.

¿Cuál es la idea al encarar a los personajes?

Es como sentarme con estos personajes y que te cuenten su vida, sus secretos, que sea como un chisme… y me encantaría tomarme un café con ellos porque son muy interesantes, pero lo más cerca que estaré de eso es escribir estos libros.

¿El reto es hacer de la historia algo diferente?

Tenemos la idea de los personajes como nos enseñaron en la escuela, pensamos en una estatua o en una pintura y no podemos romper esos mapas mentales que a veces tenemos, pero cuando los ponemos en situaciones del día a día, cuando tienen que enamorar a sus parejas, ser padres o los vemos de niños o fuera de esos momentos que nos presenta la historia en la escuela, como que ya podemos entrar a decir cosas como: ‘no era tan diferente a mí’, ‘me encantaría haber pasado tiempo con él’; es realmente mostrar el lado humano de todos ellos, porque el otro ya lo conocemos , lo que yo quiero es saber qué hay detrás de ellos.

En la novela se relata que, en 2015 se encontraron en Palacio Nacional, escondidos en la habitación que ocupara Benito Juárez, tres libros encuadernados en piel: las memorias secretas de Maximiliano de Habsburgo, emperador de México de 1864 a 1867, una ficción que asegura podría ser realidad.

¿Es un recurso literario en la novela?

Es un pretexto para que él cuente su historia. Maximiliano está encerrado mientras se lleva a cabo el juicio en el teatro de Querétaro y creo que tendría que estar haciendo algo. Además, pienso que cuando tengo a estos personajes al final de su vida contando su historia, también puedo hacer reflexiones y tener un panorama mucho más amplio sobre su vida, pero es realmente como dice Maximiliano: ‘voy a contar mi vida para que nadie más la cuente’ y para eso tuve que adentrarme en muchas fuentes”.

Realizaste una investigación rigurosa.

Sí, claro, sobre cómo era Maximiliano de niño, busqué testimonios de los maestros, de la gente que trabajaba en el palacio y muchos datos más con el fin de armar el rompecabezas. Es adentrarse a las fuentes, retomar cartas, poemas, textos que él hubiera escrito y justo aquí es donde entra la parte de lo que yo digo, el chisme (risas) yo sé que a muchos historiadores no les gusta, pero al final, si me estoy metiendo 150 años después en la correspondencia privada de Maximiliano, estoy metiéndome en una vida ajena, el chismecito del que hablamos en el buen sentido, porque eso me permite recrear la intimidad del personaje.

He visto que tienes gran éxito, sobre todo con los jóvenes.

Mi objetivo es contar historias. Hay lectores que se acercan a estos libros, no buscando aprender, sino simplemente que les cuenten una historia y otros que se acercan a aprender. Pero al momento de presentar ciertos datos o personajes, me hago la pregunta de cómo me hubiera gustado que me enseñaran este temas y muchas veces nos pasa que, cuando nos acercamos alguna pieza de ficción histórica o conocemos algún personaje en cierta situación, nuestra percepción es ¿por qué no me lo enseñaron así en la escuela?”

Haces de la historia algo muy entretenido.

Yo no quiero que parezca una clase de historia, quien quiera acercarse para aprender algo o pasar un buen rato también está bien. Pero claro que es una novela que parte de algo que existió donde relato la vida de Maximiliano y su relación con sus hermanos, su madre y esposa Carlota, además de las reflexiones sobre cómo decide tomar la corona de México y ciertos razonamientos detrás, por ejemplo, del momento en que invita a Benito Juárez a participar en su imperio.

Los lectores te adoran pero ¿y los historiadores?

Yo veo a dos grupos, uno que son más puristas, que rechazan prácticamente toda la ficción histórica y que cuestionan mucho temas que, al final, nosotros como novelistas, podemos incluir o dramatizar ciertas acciones. Un historiador, de repente, diría que no puedo inventar cosas, pero como novelista sí puedo rellenar ciertos huecos y el historiador no se permite eso. Y hay otro tipo de historiadores que ven la ficción histórica como un mal necesario, porque no es un ensayo académico, pero genera el interés y la curiosidad del lector en ciertos personajes o épocas, pero claro, siempre en el entendido de que es una novela histórica, no es un ensayo, pero sí lleva mucha investigación detrás.

¿Vas a seguir contando la historia de México?

Sí, claro, porque podemos entender mucho más del México en el que ellos vivieron y me gustaría abordar a Benito Juárez, Pancho Villa, Plutarco Elías Calles o Antonio López de Santa Anna, porque creo que todos tienen una personalidad muy definida y explican el México de su tiempo”.

DATO

El escritor Pedro J. Fernández es creador de la cuenta @DonPorfirioDiaz que se enfoca en la divulgación histórica y la sátira en redes sociales.

Imagen portada: MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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