En vísperas de la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en Dallas, un grupo de 20 legisladores, encabezados por el diputado demócrata de Texas Joaquin Castro, ha presentado el proyecto de ley «Alto al armamento de cárteles». Esta iniciativa busca prohibir la venta de rifles de calibre .50 a civiles en Estados Unidos, debido a su uso por cárteles mexicanos para derribar helicópteros militares y otros fines violentos.
Castro, junto con sus colegas Veronica Escobar (Texas) y Maxwell Frost (Florida), subrayó que el objetivo del proyecto es apoyar a México y a otros países afectados por la violencia generada por estas armas de fabricación estadounidense. «Cuando hablo con líderes en América Latina y el Caribe, su primera solicitud es que el Congreso ponga un alto a las armas de guerra que caen en manos de las bandas desestabilizando a sus países», afirmó Castro.
El legislador destacó el impacto específico en México, donde el acceso a rifles calibre .50 ha alterado significativamente el balance de poder entre las organizaciones criminales y el gobierno, permitiendo que los cárteles se vuelvan casi intocables. Además de prohibir la venta de estas armas a civiles, la propuesta incluye nuevas regulaciones para los actuales propietarios y excepciones que permitirían a las víctimas de violencia demandar a fabricantes y comerciantes.
La presentación del proyecto coincidió con la inauguración de la reunión anual de la NRA en Dallas, donde el expresidente Donald Trump está programado para hablar. Castro enfatizó que, aunque el Congreso puede debatir reformas más amplias sobre la seguridad de las armas, todos deberían acordar que no se debe permitir la venta de artefactos que los cárteles utilizan para derribar helicópteros y atacar convoyes policiales.
El diputado Frost añadió que las leyes estadounidenses han facilitado tanto la pérdida de vidas por violencia armada dentro del país como el flujo de armas hacia México y Sudamérica, causando dolor y devastación en esas comunidades.
A pesar de que es poco probable que el proyecto sea promulgado este año en una Cámara de Representantes controlada por republicanos, su introducción alimenta el debate sobre las consecuencias transnacionales de las leyes de armas en Estados Unidos.