Por José Jaime Ruiz
Al contrario de la divisa de nuestro estado de Nuevo León, los gobiernos del PRIAN y del sometido dependiente Jaime Rodríguez Calderón, siempre descendiendo, nunca ascendiendo. La propiedad privada de las funciones públicas tuvo su correlato en la corrupción y la impunidad de la mafia del poder político sometida a los dictados de Rodrigo Medina, Francisco Cienfuegos, Adrián de la Garza y, como ujier, Zeferino Salgado.
A diferencia de otras partes del país donde se impondrá el Plan C a favor de Claudia Sheinbaum, es decir, el voto masivo a favor de Morena, en Nuevo León se dará un voto cruzado que puede convertirse en voto útil. En este 2024 se puede romper la inercia porque de lo que se trata es de expulsar políticamente al PRIAN que tanto daño le hace al erario y la vida pública de Nuevo León.
En Nuevo León se votará, en primerísimo lugar, por Sheinbaum; Jorge Álvarez Máynez puede desplazar a la representante de Cienfuegos y De la Garza en el segundo lugar porque Xóchitl Gálvez tira hacia abajo y los trágicos acontecimientos recientes en el cierre de campaña de Lorenia Canavati desnudaron la condición de zopilotes de los miembros del PRIAN al lucrar electoralmente con la tragedia.
Cuando desde el PRIAN se habla de un esperanzador voto oculto no es a favor de Xóchitl, es a favor de Máynez. El voto duro por Claudia es inamovible, lo que resta es a quiénes favorece el voto cruzado. La fórmula de Movimiento Ciudadano al Senado es un error, Martha Herrera debió encabezarla y no el traidor Luis Donaldo Colosio Riojas quien, de cualquier manera, por la “pluri”, llegará a la Cámara Alta. Y el voto duro de Sheinbaum es oxígeno electoral para Waldo Fernández y Judith Díaz.
Para cumplirse la salida del PRIAN de la vida pública en Nuevo León hay dos condiciones. Primera, que Mariana Rodríguez Cantú derrote a Adrián de la Garza en Monterrey. Segundo, el PRIAN debe quedarse sin mayoría calificada y sin mayoría simple en el Congreso local.
El voto cruzado en las diputaciones locales puede resolverse en un voto útil: votar por MC o por Morena, nunca por los representantes del PRIAN. Avalar en las urnas al PRIAN, de Xóchitl para abajo, es una regresión histórica. La madurez nuevoleonesa le quitó al PRIAN la gubernatura en 2015, esa madurez también votó en contra del PRIAN en 2021 –Morena perdió una oportunidad histórica de hacerse de la gubernatura, pero esa es otra historia y habrá que recontarla en otra ocasión.
Más que un voto duro anti-Sheinbaum, existe en Nuevo León un voto duro anti-AMLO, eso no va a cambiar de aquí al próximo domingo. Ese mismo sufragio estuvo históricamente a favor del partido albiazul, sin embargo, ahora que el PRI se tragó al PAN (el representante plenipotenciario de Xóchitl es Cienfuegos) esos votos migran, en primer lugar, a MC y muy pocos a Morena. En Nuevo León el voto cruzado puede convertirse en un gran voto útil: todos contra el PRIAN, esa abominación electoral.
Al contrario del Plan C nacional, darle a Sheinbaum la bicicleta, pero también las dos ruedas para que avance (la analogía es de Sabina Berman), en Nuevo León pueden convivir otro tipo de pesos y contrapesos porque no se le extenderá al gobernador un cheque en blanco, ya que Morena tendrá suficientes curules para criticar e impugnar, en su caso, las decisiones del Poder Ejecutivo. El objetivo inicial, entonces, es arrebatarle al PRIAN su función metapolítica de mangonear al Poder Legislativo y al Poder Judicial para que la vida pública de Nuevo León sea realmente pública.
El PRIAN es un ente en extinción, darle respiración artificial es prolongar su historia de corrupción e impunidad. Se trata de sanidad política. Quien quiera a Morena en alguna curul local, bien; quien desee a MC en una curul local, también. No es slogan, la evidencia histórica lo muestra y demuestra: Votar por el PRIAN es votar en contra de Nuevo León.
