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Por Félix Cortés Camarillo

El australiano Julian Assange pasó casi quince años de su reciente vida privado de su libertad, por haber descubierto toneladas de información supuestamente secreta de las operaciones, principalmente militares, de los Estados Unidos. Ese hombre encabezó un grupo de inteligentes jóvenes, capacitados en los crípticos mecanismos de la comunicación electrónica, la manera de descifrarla y -especialmente- encontrar una red internacional de medios de prestigio relativamente alto, para difundirla.

La historieta de Assange es particularmente graciosa. Acudió a Suecia a dar una conferencia cuando ya era celebridad por andar de chismoso mundial. De entre el público se ligó a una mujer de no mal parecer, se la llevó al cuarto de hotel que ocupaba y fornicaron. Ella dice que sin su consentimiento. Si, como ño.

Sobre esta endeble base, especialmene en una sociedad tan liberal como las escandinavas, el señor Assange fue encarcelado por pornógrafo, mientras en los Estados Unidos se lamían los bigotes para que Estocolmo se los envolviera para regalo y lo extraditara a Nueva York.

Los suecos, que si no son puritanos tampoco son pendejos, expulsaron a Julian a la Gran Bretaña a ver qués les ocurría allá hacer con él. Mientras decidían entre la cerveza Guiness y la Pripps, Assange se metió a la embajada de Ecuador en Londres y pidió asilo. Como los mexicanos bien saben, Ecuador es un celoso guardián del derecho de asilo y mantuvo ahí al angelito por más de siete años. Los ingleses, con la complicidad de Ecuador, que ya no aguantaban al huésped, agarraron a Assange y lo metieron al bote sin decidir de qué carajos acusarlo ni por qué tendrían que entregarlo a los Estados Unidos.

Los que sí sabían qué hacer fueron los abogados del australiano. Conocedores de las triquiñuelas de la justicia de los Estados Unidos, negociaron con el Departamento de Estado la admisión de culpa por parte de Assange de haber violado la ley de espionaje norteamericana. Se declaró culpable, a condición de ser juzgado por un tribunal norteamericano fuera de los Estdos Unidos continentales. Una isla que pertenece a USA en el Pacífico Sur hizo el papelón, una juez condenó a Assange a cinco años de cárcel: justamente el tiempo que había pasado en una cárcel de Londres nada incómoda.

Cada quién su golpe, dijeron los gringos y Assange es hombe libre en Melbourne, con su mujer y dos hijos.

El único misterio que nunca podremos resolver es la apasionada defensa que permanentemente hizo Lopitos de Assange, al grado de que le ofreció el generoso asilo mexicano.

Hay tantas otras cosas que nunca sabremos.

PARA LA MAÑANERA, porque no me dejan entrar sin tapabocas: En la miseerable copa europea de futbol que se realiza en Alemania me dio pena la eliminación de Ucrania, país que goza de la simpatía de los débiles golpeados. A pesar de que jugaron bastane mejor que el promedio de los participantes, no me queda claro como ls futbolistas ucranios anden pegándole a la pelotita cómodamente, mientras el presidente Zelensky no deja salir a los varones de su país, porque -tiene razón- se necesitan soldados para combatir a los rusos.

felixcortescama@gmail.com

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Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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