Por Obed Campos
La semana del 17 al 21 de junio a Samuel García le llovió sobre mojado, pero el tiempo le dio la razón. Nuevo León sufrió el “coletazo” de la tormenta tropical “Alberto”, fenómeno que recibió más bendiciones que lamentaciones de la mayor parte de la población.
Las aguas que llenaron presas y ríos nos urgían a los nuevoleoneses, pero el caso es que Samuel, al dar las órdenes ejecutivas de detener procesos de producción y clases, casi 24 horas antes de que “Alberto” se escurriera en Nuevo León, tomó la decisión más acertada posible.
Hablando en plata limpia, la orden de Samuel salvó vidas y propiedades.
Sí, son lamentables las tres muertes de niños que jugaban bajo la lluvia. Dos de ellos en Allende, electrocutados y uno más al caer al torrente embravecido en busca de una pelota.
Pero no crea usted que dar una orden de tal envergadura, como la que firmó Samuel, de paralizar la vida productiva de la entidad de un plumazo, es como un quítame estas pajas.
Nadie lo ha dicho, pero el joven gobernador decidió y decidió bien y demostró que tiene los tamaños ejecutivos para enfrentar cualquier crisis de cualquier tamaño y sacar adelante la tarea.
SER O NO SER… HE AHÍ MORENA
Todavía no le toman la protesta, ni se sienta y por supuesto que no arranca aun la nueva legislatura, pero como diputado local electo, Mario Soto ya trae la renuncia para dejar la curul y el camino libre a su suplente y, según él, operar para el partido, aunque todo mundo sabe que Soto opera más bien para su pecunio.
Y como diría Cantinflas, Pedro del Bosque, quien aún es Tesorero en el municipio de El Carmen es el diputado sustituto, y todo porque de ahí salió el financiamiento para la exitosa campaña de Soto.
Los que saben de estas cosas de la dizque izquierda en Nuevo León me adelantan que lo que se viene es un motín a bordo y que la bancada de Morena difícilmente va a tener una buena navegación en la legislatura. Seguiremos al pendiente.