Por José Jaime Ruiz
Cuando Rafael Barajas, el Fisgón, delineó a sus adversarios como todos aquellos a los que calificó de estúpidos (del tamaño de una catedral) y, autoritariamente, ordenó callar en el caso del defensor de la oligarquía y del neoliberalismo, Sergio Mayer, perdió de antemano su batalla. Las bases, a través de sus redes sociales, le exigieron lo esencial en una democracia: transparencia y rendición de cuentas. Arropado por la casta dorada de Morena (Pedro Miguel, Tatiana Clouthier, Mario Delgado, Epigmenio Ibarra, José Ramón López Beltrán…), se inventó una caja china: La Catrina Norteña.
Cuando existe la opacidad y la falta de rendición de cuentas se impone ese antivalor neoliberal llamado “especulación”. La pregunta es muy simple y no ha tenido puntual respuesta: ¿por qué se le obsequió una diputación plurinominal a Sergio Mayer? Para responder a esto habría que seguir las relaciones públicas de Mayer con miembros prominentes de la 4T a través de sus “posts” y de una investigación profunda: ¿se le concedió por amistad con Epigmenio Ibarra?, ¿por amistad con Beatriz Gutiérrez Müller?, ¿por Mario Delgado o por la familia de Félix Salgado Macedonio y algunos intereses compartidos en Acapulco dada la inversión de la familia política de Mayer en el puerto? Mientras exista opacidad, la especulación y los cuestionamientos se seguirán prolongando.
En un farragoso texto publicado en La Jornada, el articulista de opinión, Pedro Miguel, intenta justificar el regalo a Sergio Mayer desde la construcción de un “frente amplio” para ganar las elecciones de junio. El problema en su galimatías es que se entienden las alianzas coyunturales con el PT y el Partido Verde, incluso en el Edomex con Alfredo del Mazo y Alejandra del Moral, cuya estructura fue importante, pero ¿cuál estructura y votos acarreó Sergio Mayer si venía incluso de perder en 2021 una elección abierta? ¿Cuántos votos aportó este perdedor a Claudia Sheinbaum y a Morena?
El problema no es la caja china inventada para defenestrar a La Catrina Norteña, una aliada de la 4T. El problema es la rendición de cuentas y la transparencia, ¿por qué discretamente se le obsequió una curul plurinominal a Sergio Mayer? ¿Qué padrino o madrina de la 4T tiene tanto poder para lograr la imposición de Sergio Mayer y que la casta dorada tenga que defender lo indefendible? En un auto de fe en la plaza digital de Santo Domingo, sin abjurar totalmente de su posición neoliberal y defensora de la oligarquía, el bailarín exótico, leyendo un escrito como adolescente castigado, trata de limpiar su sangre y, converso, jurar amor eterno a la Cuarta Transformación. Su pasado, sin embargo, lo condena.
Cuando Rafael Barajas, el Fisgón, decidió inventar su caja china con La Catrina Norteña, su actitud rayó en la felonía al distribuir una imagen de la cuenta de redes sociales, la catrina, como máscara de Claudio X. González. En ese momento, el Fisgón se convirtió en un dirigente miserable. Rafael Barajas no muestra ninguna evidencia de que la cuenta sea pagada por Claudio X. González, tampoco por Atlas Network (¿acaso Ricardo Salinas Pliego le pagaría a La Catrina para que se lo estuviera chingando?), no obstante el periodista Alejandro Paéz Varela sí tiene los documentos de la legítima monetización de esa cuenta. El tema ni siquiera es La Catrina, es Sergio Mayer.
El impostor de izquierda, Pedro Miguel, ningunea las benditas redes sociales: “Afortunadamente, el país es mucho más vasto que las redes sociales y, al margen de ese pleito, la transformación nacional está en vías de acelerarse”. En efecto, existe la aceleración de las redes sociales a través de los proyectos de la CFE para que Internet llegue a todos los rincones del país. En su momento parroquial, Pedro Miguel no entiende esta época; decimonónico, considera como “afortunada” la vastedad bucólica del país. Habrá que re-educar al articulista de La Jornada con las nuevas reflexiones de pensadores de izquierda, como Franco Berardi Bifo, y los smartphones como instrumentos de “celuralización” en el enjambre electrónico.
Desde su autoritarismo, el Fisgón asume que los ciudadanos del 2 de junio son un “ganado manipulable”. Se equivocó y perdió, la conversación sobre el Error Mayer es mayoritariamente orgánica. Para Barajas cuentas como la de La Catrina envenenan el clima del discurso pero, en este caso, quienes envenenaron la discusión por opacidad, autoritarismo y falta de rendición de cuentas fueron los dirigentes de Morena. Oficiante cardenalicio del Ministerio de la Verdad, Rafael Barajas, el Fisgón, oculta lo esencial: ¿por qué se le obsequió una diputación plurinominal a Sergio Mayer?
