Nunca se escondió. Incluso elaboró un catálogo llamado “cómo suicidarse”, que incluía su dirección de correo electrónico para contactarlo y su cuenta de Paypal para recibir el pago en la ciudad de Puebla. Daniel González Munguía tenía su operación bien consolidada. O eso creía; publica MILENIO.
Una investigación en la Corte de Illinois, en Estados Unidos revela que al menos 69 personas en varios países, recibieron un medicamento desde México que si bien se suele usar para sedar animales, también permite otra funcionalidad: puede causar la muerte, sin dolor, a humanos en menos de 30 minutos.
Daniel González recibió más de 400 mil dólares en giros postales durante dos años y hoy enfrenta cargos que incluyen pasar 60 años en prisión. Ante una condena inminente, asegura que ya es otro hombre, que incluso está estudiando la Biblia con otros reos y se ha hecho más consciente de su fe.
“Dad toda gloria a Dios y a mi Señor Jesús porque Él ha alumbrado mi vida, y en Su gracia me da esperanza para el futuro”, dice en una carta enviada hace unas semanas a una jueza en Chicago que pronto decidirá cuál es la condena para el mexicano que ayudó a morir al menos a cinco hombres en Estados Unidos.
Si bien este tipo de ayudas para terminar con la vida está prohibido, la muerte asistida es permitida en algunos estados de la Unión Americana bajo la Ley Muerte con Dignidad (‘Death with Dignity Act’) para personas con enfermedades terminales, sin esperanza de mejoría y con pleno uso de las facultades mentales. Pruebas orales y por escrito, además de la verificación de dos médicos que certifican el mal estado de salud son indispensables. Oregon, Vermont, Washington, Montana, California, Maine, Hawái y New Jersey son los estados donde se puede ejercer ese derecho.
Un rastro desde 2015
“Gracias, llegó hoy en buen estado, mucho más rápido de lo que anticipé. Ahora borraré toda comunicación contigo. Que Dios te bendiga”.
El medicamento llegó desde México el 19 junio del 2015. Quien lo compró era un hombre de 52 años que vivía en el condado de Boulder, en Colorado. Unos 15 días antes había encontrado en internet una dirección de correo electrónico que aseguraba que podía ayudar a quitarse la vida a quien lo solicitara. El primer correo que intercambió empezaba así: “Estimado Alejandro quisiera pedir 3 botellas puedo pagar usando PayPal”.
Hoy, los registros obtenidos por la Fiscalía estadounidense de Illinois revelan que Alejandro era el nombre que Daniel González utilizaba para traficar el medicamento. El 2 de julio de 2015 la policía del condado encontró sin vida a uno de sus clientes, el hombre radicado en Boulder.
En noviembre de ese año, el forense determinó que la causa de la muerte había sido el suicidio por una sobredosis de medicamento para animales controlado: el mismo que vendía Gónzalez desde México.
Unos meses después, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos activaría una operación encubierta para descubrir quiénes estaban detrás de esta nueva modalidad de tráfico de drogas poco usual: medicinas para suicidio que provenían desde México. El agente especial Daniel Nugent quedó a cargo de la investigación.
Muerte en botellas de 100 ml
En marzo de 2016 agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del centro United Parcel Service en Louisville, Kentucky, interceptaron un paquete procedente de México que fue declarado como “dos artesanías mexicanas”.
Según el CBP, el paquete fue pasado por una máquina de rayos X y después abierto. En el interior, los agentes encontraron dos botellas de 100 mililitros preenvasadas de un medicamento utilizado para sedar animales.
El paquete estaba destinado a un hombre y a una dirección de un hotel de suites en Libertyville, en Illinois. Se trata de un farmacéutico que se estaba divorciando y había recibido una orden de restricción para no acercarse a su ex esposa.
El agente Nugent, de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI por sus siglas en inglés) lo visitó en su habitación del hotel. Ahí el farmacéutico confesó que desde que su esposa le informó que quería el divorcio, cayó en un profundo estado de depresión y empezó a pensar en suicidarse.
Al buscar en internet alguna alternativa, encontró un manual en línea, algo así como una guía de cómo quitarse la vida. En el manual había además una dirección de correo electrónico de Yahoo. Aseguraba que disponía de un medicamento con el que el interesado podía quitarse la vida. Si el cliente lo necesitaba en modalidad exprés, sólo había que pagar 80 dólares extras.
El farmacéutico empezó un intercambio de correos electrónicos, hasta que recibió el mail con las instrucciones para enviar el giro postal: le ordenaron que a través de Western Union transfiriera 644 dólares. Más tarde recibió un correo confirmando que el dinero había sido cobrado en México.
La orden de envío incluía ciertas instrucciones y advertencias: “Se sentirá somnoliento, esto es el único efecto que sentirá en su cuerpo. Por favor borre todos los correos electrónicos entre usted y yo y deseche las botellas en un lugar seguro”.
El depósito que hizo el farmacéutico fue a favor de alguien llamada Virginia Berra Romano. El estado de residencia de quien cobró el giro postal fue la ciudad de Puebla, en México. Fue así que Nugent y sus colegas lograron una orden de aseguramiento de la cuenta de Yahoo y descubrieron que el hombre que estaba detrás de la operación de tráfico de droga era Daniel González Munguía.
A través de la intercepción del mail descubrieron fotografías y correos que evidenciaban que González no solo había enviado este medicamento a Estados Unidos, sino también a otros países como Australia, Canadá, China, Francia, Alemania, Irlanda, Corea del Sur, España, Suiza y el Reino Unido.
Fue a través de su correo electrónico que, al menos en el caso de Estados Unidos, se pudo saber que algunas de las personas que intercambiaron correos electrónicos con él habían logrado su cometido: ya habían fallecido por sobredosis del fármaco.
Hasta el día de hoy las autoridades no han revelado el número total de fallecidos, pero sí confirmaron que al menos cinco casos de hombres murieron tras ingerir los medicamentos que el poblano les envió desde México.
En sus fichas aparecían descripciones como las siguientes:
*Hombre, 29 años de La Mesa, California. Mail encontrado en correo de Yahoo.”
“Me gustaría comprar las 3 botellas por $700 dólares. ¿A dónde debo hacer el pedido?”
“Fue encontrado muerto en una habitación de un hotel cerca de su casa en 2015.”
“Hombre, 26 años de Mount Prospect, Illinois. Encontrado en correo de Yahoo.”
“Hola, estaba pensando en comprar el producto. Me preguntaba cuánto necesitaré parami peso corporal? ¿Crees que una botella sería suficiente para matarme? ¿O debería pedir dos?”.
“Fue encontrado muerto en 2015 con una nota de suicidio cerca del cuerpo. De acuerdo con el médico forense murió como resultado de la toxicidad del medicamento.”
Caso reabierto en 2024
Para mayo del 2016 el agente Daniel Nugent empezó a intercambiar correos electrónicos con el poblano, se hacía pasar por comprador del fármaco. El agente cuenta que su tocayo mexicano le ofreció realizar el pago de un frasco del medicamento a través de la plataforma de PayPal.
Había ciertas precauciones para contactar el servicio, el enlace llevaba a una página que ofrecía un supuesto alquiler de tiempo compartido en México.
“Gracias por su confianza al comprarme. Allí encontrarán una página web creada por mí donde se alquilan algunas casas en Playa del Carmen cerca de Cancún en la Riviera Maya. Sólo juega conmigo y elige una casa y al lado podrás encontrar las opciones de pago. En su caso por favor está la opción depósito 4 por 400 USD”.
El 24 de mayo de aquel año Nugent finalmente recibió su paquete y gracias a una solicitud que el mexicano había hecho para obtener una visa y cruzar a Estados Unidos, pudieron descubrir que la cajita tenía sus huellas dactilares. A través del sistema de cortes de la Fiscalía del Distrito Norte de Illinois, puede leerse que Daniel González Munguía fue arrestado por las autoridades el 12 de abril de 2021.
Sin embargo, fue hasta el 30 de mayo de 2024 cuando fue acusado por un gran jurado en Estados Unidos y finalmente se abrieron y conocieron los documentos de su caso. Según los registros de Western Union, a través de la intercepción de correos electrónicos se encontró que el mexicano habría recibido 206 mil 927 dólares por giro postal, adjudicables al servicio de proporcionar el fármaco.
Aproximadamente 69 personas en todo el mundo transfirieron dinero a Daniel González y a otras ocho personas que, se cree, residen en Puebla y que la autoridad aún no revela sus nombres.
A través de una carta que presentó en la corte, Daniel González aseguró que el 19 de abril de 2023 acudió al Centro Correccional MCC en Chicago. En ella argumentó que Michael Santos, un ex convicto que pasó 26 años en prisión, le habló de cómo la prisión le había cambiado la vida de buena manera.
Dijo que durante la charla el hombre recomendó estar en contacto con la gente que los juzgará y fue por eso González decidió enviarle una carta a la jueza Sara L Ellis, quien decidirá próximamente cuál será su pena.
El convicto aseguró a la jueza cómo en prisión ha mejorado sus habilidades para hablar inglés y que empezó a estudiar la Biblia junto con otros reos.
“Su señoría, yo quiero avanzar…”, fue una de sus frases.
Imagen portada: Mauricio Ledesma | MILENIO