Pro Ópera y el Lunario del Auditorio Nacional se unieron para ofrecer una temporada de ópera para niños con producciones a piano de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, y La Cenicienta, de Giocchino Rossini, con cantantes en vivo e ilustraciones adaptadas al manga japonés y art nouveau; publica MILENIO.
“Estamos muy emocionados, es un esfuerzo muy grande el que está haciendo Pro Ópera para producir obras del género para niños y generar nuevas audiencias”, dijo en entrevista la mezzosoprano Cassandra Zoé Velasco, directora vocal de las dos puestas en escena y gerente de la asociación civil.
La flauta mágica ofrecerá funciones dobles los domingos 21 y 28 de julio (13:00 y 17:00 horas) y La Cenicienta los domingos 4 y 11 de agosto, en los mismos horarios.
“Es un espacio muy lindo el Lunario, los niños podrán estar comiendo palomitas, tener bebidas, básicamente como si estuvieran en el cine, pero van a recibir un proyecto operístico”, dijo la artista, que ha cantado en varias producciones de la Metropolitan Opera de Nueva York, como Rusalka.
Rodrigo Caravantes está a cargo de la dirección artística, Andrés Sarré, en la dirección musical, con Mariana Estrada en la narración y la participación en las ilustraciones de Raúl Valdés, colaborador de DC Studios y Marvel con Batman y El hombre araña; y Aurelio Palomino en iluminación y vestuario.
Respecto a las animaciones, Velasco dijo que buscan que los personajes de las óperas de Mozart y Rossini se acerquen a lo que consumen hoy niños y niñas, en un contexto más fresco y accesible.
“La idea es que descubran la magia y lo interesante de la ópera y que es apta para todas las edades. Y la idea del proyecto es también acercar a nueva comunidad que quizás nunca ha ido a escuchar ópera, que ahora en un formato más corto pueda sentir interés de acercarse a esta forma artística”, agregó la mezzosoprano, que desde hace año y medio se integró a Pro Ópera como gerente de Operaciones.
Mundos de color y belleza
En el título de Mozart, el elenco estará formado por el tenor Ricardo Estrada (Tamino), la soprano Arisbe de la Barrera (Pamina/Papagena), el bajo Carlos Adrián Hernández (Papageno), la soprano Ana Rosalía Ramos (Reina de la Noche), el bajo Ricardo Ceballos (Sarastro).
Las ilustraciones corresponden al estilo del cómic japonés conocido internacionalmente como manga. En algunas funciones el acompañamiento a piano estará a cargo de Sarré y otras Amaury Ríos.
Para la obra de Rossini, el rol protagónico estará a cargo de Alejandra Gómez, con el tenor Édgar Villalba Arreola como el príncipe Ramiro; las sopranos Mariana Ruvalcaba (Clorinda) y Adriana Mata (Tisbe), como las hermanastras, y los barítonos Carlos Suárez (Dandini) y Abel Pérez (Don Magnífico).
En La flauta mágica y en La Cenicienta se agregará un personaje, que será la niña concertino, que será interpretada por Mariana Estrada, actriz de Chihuahua de larga trayectoria. Ella narrará las escenas para ayudar a niñas y niños a sumergirse en el universo fantástico de Mozart y Rossini.
Con libreto de Emanuel Schikaneder (1751-1812), actor, cantante, director de teatro y amigo de Mozart, La flauta mágica gira en torno al príncipe Tamino que, tras ser perseguido por una serpiente, conoce a la Reina de la Noche, quien le ofrece la mano de su hija Pamina si la libera del malvado Sarastro. Junto con Papageno, un encantador cazador de pájaros, Tamino se adentra al territorio de Sarastro para pelear contra él, pero descubre que la mala es en realidad la Reina de la Noche. Debido a que en el original no se define la temporalidad ni el espacio donde se desarrolla la historia, la ópera se ha adaptado en diferentes estilos y contextos a partir de la creatividad de directores y diseñadores.
Sobre La Cenerentola, se trata del clásico cuento de hadas de La Cenicienta, sobre la joven huérfana maltratada por la madrastra y las hermanastras que logra convertirse en princesa gracias al hada madrina.
Para Rodrigo Caravantes ese matiz abstracto es el punto de partida de su nueva interpretación, inspirada en el arte de la animación (ánime) y los cómics (manga) de origen japonés, que cuentan con una gran cantidad de seguidores en todo el mundo, desde quienes crecieron con caricaturas como Dragon Ball Z, Sailor Moon, Pokémon o las películas de Hayao Miyazaki (Studio Ghibli), hasta las infancias contemporáneas que tienen a su alcance un amplio catálogo de series japonesas animadas.
Las puestas en escena retoman elementos familiares para muchos jóvenes y niños, como la estética gráfica, onomatopeyas, personajes, colores llamativos y movimientos.
En el caso de La Cenicienta, las ilustraciones y animaciones están guiadas por los estilos art nouveau y art decó, que marcaron toda una época de expresiones artísticas que en aquel momento eran propuestas modernas y llenas de novedades.
La producción decidió llevar La Cenicienta a este ambiente para ayudar a conectar directamente en dos vertientes con los niños y niñas: una, la música de Rossini llevada a un lugar repleto de vida, color y estructuras llenas de belleza, y la segunda, qué mejor que una estética entendida y familiar para todos los que hemos pasado por el Centro de Ciudad de México o por las colonias Roma y Condesa.
“Sabemos muy bien que la música clásica tiene un carácter fundamental en el oído y sensibilidad de nuestra sociedad. El acercar la música clásica a los niños y niñas es importantísimo para generar nuevas sensibilidades en nuestra sociedad, es el interés de Pro Ópera de crear nuevas audiencias para el género. La ópera ha cambiado, no es estática, se puede prestar a nuevos formatos como este que vamos a presentar en el Lunario donde todo es tecnología, donde, por ejemplo, detrás de los cantantes va a estar una pantalla led, que es la que da todo el margen de idea de lo que sucede en acciones.
“Es muy importante mantener viva la curiosidad en niños y niñas por otras formas artísticas. Para ellos es es fácil ir a la danza, a un concierto popular, pero a veces la música clásica es un misterio incluso para sus padres. Entonces, al presentarles producciones que son accesibles, que son modernas, que sean fácil de digerir, garantizamos que la ópera va a seguir viviendo”, concluyó Cassandra Zoé Velasco.
Imagen portada: MILENIO