La escasez de agua en México en los últimos cinco años ya tuvo sus consecuencias para el campo mexicano, afectando así también la producción de alimentos, de acuerdo con especialistas y productores; informó MILENIO.
Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) muestran que el área sembrada al 31 de mayo de este año, tanto en riego como de temporal en año agrícola, sumó poco más de 5.3 millones de hectáreas, 9.7 por ciento menos que en 2018.
De esta cantidad, sólo se cosecharon en 1.9 millones de hectáreas, es decir, 6.6 por ciento menos que hace seis años.
Fernando Cruz, socio del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), expuso a MILENIO que la falta de agua en varias zonas del país viene creciendo en los últimos años y se aceleró en este 2024 por el fenómeno meteorológico llamado “El Niño”, mismo que también afectó la capacidad de producción del campo generando mayor inflación en el país.
“El efecto del niño, es un proceso en el cual el hemisferio norte tiene una sequía o una disminución en la humedad que se tiene y justamente es el tercer año que nos pega de una manera muy fuerte”, contó.
Cifras del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de laSecretaría de Economía muestra que el precio del chayote en el primer semestre de este año aumentó 837 por ciento, mientras que el aguacate subió casi 175 por ciento y el cilantro, un 180 por ciento.
Por ello, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) apuntó que la inflación general creció por cuarta vez consecutiva para llegar a 4.98 por ciento al cierre de junio.
“La falta de agua y las altas temperaturas registradas dejan en evidencia que el fenómeno de la sequía registrado en años recientes sigue prevaleciendo; al 15 de marzo de 2024, versus el mismo mes del año anterior, el número de municipios con sequía se ha incrementado en un 31.6 por ciento”, dijo Marco Antonio Galindo Olguín, Director de Estudios Económicos del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) en un reporte informativo sobre el sector.
Siniestrados
Cruz explicó que el efecto de “El Niño” es un proceso causado por las altas temperaturas que reduce la humedad en la tierra “y justamente es el tercer año que nos pega de una manera muy fuerte”.
Cifras de Sader apuntan que a mayo de 2024, en un año agrícola, se reportaron 43 mil 444 hectáreas siniestradas, que es 35.2 por ciento mayor a lo reportado en igual periodo de 2023.
La mayor siniestralidad se presentó en Michoacán con 21 mil 707 hectáreas, seguido por Oaxaca con 6 mil 983.5 y Sinaloa con 6 mil 221.91 hectáreas.
De acuerdo con cifras del Inegi, 76 por ciento del agua del país se utiliza en la actividad agrícola, pero ante la escasez del insumo es más complicado para el sector sostenerse.
Aun cuando ya hay más lluvias, Fernando Cruz, expuso que no siempre ayudan a la producción.
“Obviamente la cantidad de lluvia alta en poco tiempo afecta también la producción de todos los sistemas de producción a nivel nacional y esto lo digo porque demasiada lluvia puede hacer que las plantas se ahoguen, por lo que posiblemente se puedan retrasar los procesos del producto”, refirió.
Ante esta situación, comentó que los diversos productos llegan a elevar su costo no sólo por la disminución de estos sino por los traslados que se deben realizar, además contó que el precio de las frutas y hortalizas es muy volátil.
“Hace un mes veíamos que el cilantro incrementó casi cinco veces su costo con respecto a los precios que usualmente tenemos, entonces las variaciones dependen mucho de la oferta y la demanda que se pueda llegar (…) se puede ver una alza de hasta 200 por ciento, pero eso depende mucho de la demanda del tipo de producto”, explicó.
Se puntualizó que aunque bajen los precios en las centrales de abastos, se localizó que los costos de estos productos continúan altos en las tiendas de autoservicio, debido a las estrategias de venta implementadas en estos lugares.
El caso del aguacate
En relación con el aguacate, Rolando Vega, uno de los productores del alimento, compartió a MILENIO que este aumento en el costo es por el poco producto que existe por las diversas floraciones que existen, también mencionó que las altas temperaturas afectaron la producción.
Detalló que de junio a julio es la temporada en donde hay poca producción aunque explicó que por la falta de agua y un exceso de calor ocasionó que la producción fuera muy baja.
“Esto quiere decir que tenemos un traslape de temporadas desde el mes de junio hasta septiembre donde podemos encontrar fruta nueva y fruta de la vieja temporada. Entonces al hacer mucho calor, la fruta de la vieja temporada se terminó antes de tiempo, además la nueva maduró muy poco la falta de agua”, expresó.
Imagen portada: Amílcar Salazar Méndez | MILENIO