Tras su paso por festivales de cine como el de Berlín y Guadalajara, «Caminos cruzados» (Crossing) llega a las salas mexicanas con una historia sobre identidad y aceptación que explora la lucha de la comunidad trans en Estambul; informó MILENIO.
Es el nuevo filme de Levan Akin, nominado al Oscar por And Then We Danced, y pone en pantalla el viaje de tres desconocidos que se unen con un fin en común, encontrar a una mujer trans para que vuelva con su familia.
A lo largo de la historia, Levan plantea una búsqueda, no solo física, sino también del perdón, y explora las circunstancias de sus personajes que han sido marcadas por el machismo: “Los tres personajes están conectados, en el sentido de que todos son víctimas del patriarcado y no pueden vivir sus vidas como quieren por miedo a ofender a hombres sensibles”, dijo Levan Akin, durante una charla virtual para MILENIO.
“Eso era importante para mí, contar la historia con estos personajes —agregó Levan sobre su nuevo filme, cuya idea surgió durante el rodaje de su anterior proyecto en Georgia—, ahí conocí a algunas mujeres trans que me dijeron que iban a trabajar a Estambul; me dio curiosidad y comencé a pensar la historia, siempre quise filmar algo ahí, es una ciudad que me parece fascinante; la idea combinar Georgia y Turquía me encantó”.
«Caminos cruzados» nos lleva de Georgia a Estambul con la esperanza de encontrar a Tekla, su sobrina, una mujer transgénero que ha cruzado la frontera en busca de una vida mejor. En su camino, Lia se encuentra con Achi, el vecino de Tekla y con Evrim, una abogada trans que defiende la lucha de la comunidad en la ciudad, ambos se unen a la maestra para buscar a Tekla y llevarla de regreso a su hogar.
En todo momento, Levan contó con el apoyo de organizaciones que velan por los derechos de la comunidad LGBT+ en Turquía, en particular de Pink Life, una institución que aparece como parte de la historia: “Trabajamos mucho con ellos y también con personas trans detrás de cámara, uno de los miembros de nuestro casting es una persona trans; todos tuvimos talleres sobre inclusión e inclusión trans, era fundamental”, explicó.
“La película está enmarcada desde el punto de vista de los extranjeros que vienen a Estambul; en realidad, no es un punto de vista local de la ciudad y su gente, sino un punto de vista de un visitante y eso me incluye, porque también soy un visitante en Estambul, y eso fue genial. He escuchado de mucha gente en Turquía que la película es una representación muy auténtica del mundo queer en Estambul, lo cual es importante para mí”, agregó el director.
El paso por Estambul hace de la ciudad un prsonaje más, como ocurre con el resto de las historias de Levan Akin,
“El espacio y los lugares son muy importantes en mis películas y me encanta llevar al espectador desde las salas de cine para conocer gente y espacios que nunca habrían conocido antes, para mí el cine es como una forma de viajar, en ese sentido fue muy importante capturar la esencia de Estambul, Estambul es música en vivo todo el tiempo”.
Y fue justo la ciudad y el caos de la misma lo que se convirtió en el mayor reto a resolver para la producción,
“Teníamos una escena que iba a ser en la madrugada y se suponía que la calle estaría vacía, pero había cientos de personas, así que teníamos que bloquear, fue una larga historia, es la escena donde Lia camina sola por la mañana de espaldas y fue, literalmente, un caos, por la gente en las calles, fue muy difícil para mí y para Estambul”, agregó el realizador.
Imagen portada: Especial