Tracy Cortez vive un gran momento en UFC; hasta la fecha no ha perdido y compila marca de 11-1-0, números que la instalan como una de las mejores en el peso mosca de la compañía. Este sábado se medirá ante la poderosa Rose Namajunas y sabe que una victoria puede impulsar aún más su carrera y contender por el título; reportó MILENIO.
“Me habló mi mánager, y me dice, ‘oye, quieren que pelees. Maycee Barber está fuera y quieren que pelees contra Rose’. Yo me quedé como, ¡No!, o sea, yo diciéndole, no, no es cierto, no lo creo. Entonces le digo, ¿voy a pelear el 13 y no el 20? Y me dice, ‘sí’. Y yo, exclame, hijo de su madre, no manches. Y yo sin duda dije sí, lo acepté”, platicó en entrevista para MILENIO-La Afición.
Oportunidad de oro
Tracy es consciente que una buena pelea puede impulsar su carrera y contender por el título, además, es optimista con el buen momento que vive, luego de 11 peleas ganadas en la compañía.
“Primeramente Dios, yo espero que sí, no sé por qué no. Ya llevo 11 ganadas como profesional. Yo entiendo que no he sido tan activa por situaciones en la vida, pero pienso que sí me lo merezco ganándole a alguien como Rose, que era campeona en otra división”, dijo.
Orgullosa de sus raíces
Pese a crecer en Estados Unidos y estar agradecida con todo lo que el país le ha ofrecido, Cortez se siente orgullosa de ser mexicana, pues sabe que al corazón no se le miente cada que le mencionan sus raíces aztecas.
“Honestamente yo estoy bien bendecida de que mi mamá y mi papá nos trajeron aquí a Estados Unidos, porque por esa misma razón estoy aquí, tengo estas oportunidades, pero mi corazón dice que yo soy mexicana, a mí me encanta representar México, hasta una vez pensé en moverme a la Ciudad de México para mejorar en mi deporte. Estoy muy agradecida que soy americana y tengo estas oportunidades, pero más que nada, me siento orgullosa de ser mexicana”, compartió.
Adolescencia complicada
La peleadora de UFC creció con sus hermanos, y aunque destaca que antes no le gustaba ser tan femenina, empezó a desarrollarlo, algo que su núcleo familiar no tomó de buena manera.
“Yo crecí peleando con puros hombres. No me gustaba peinarme. Cuando crecí, ya me hice más mujer, me empezaron a gustar las cosas y como que eso no le gustaba a mis hermanos. ‘¿Qué te pasa? ¿Por qué te pintas así? ¿Por qué te peinaste así?’, me decían. Ellos estaban tan acostumbrados a verme con playeras grandes, pantalones guangos, como si fuera un vato. Y eran bien bruscos conmigo. Crecí en una familia bien machista. Ya los tiempos han cambiado, pero al principio no me dejaban. Me decían, ‘no puedes luchar, eres mujer, lárgate a la casa, ponte a limpiar, aprende a cocinar’.
Una vida con momentos difíciles
La vida ha golpeado en diferentes ocasiones a Tracy, quien ha sufrido dos pérdidas importantes: la de su hermano y su mamá, pero usa toda esa fuerza para ser lo que es hoy en día.
“Cuando falleció mi hermano -yo era muy joven- me di cuenta que la vida no es regalada, el tiempo es regalado. La vida me ha pegado, yo me siento bien agradecida por los momentos que la vida me regala, que Diosito me ha bendecido”, compartió.
La muerte de su hermano fue un duro revés para ella, pues lo veía como su héroe y un ejemplo a seguir, eso le ha hecho valorar y disfrutar la vida.
“Yo miré a mi hermano sufrir. Él era mi héroe y lo miré sufrir, el cáncer es una enfermedad bien fea y viéndolo pasar por su quimioterapia y todo lo que estaba pasando y cómo lo afectó y él nunca se rindió, él seguía sonriendo, él era mi ejemplo. Salía de sus cirugías, se levantaba, sonreía, viéndonos ahí. Aunque tengo momentos difíciles, nada se compara a la muerte. Si yo sigo viva, yo voy a vivir mi única vida que tengo, sonriendo, viviendo, amando, agradecida, porque solo tengo una vida”, finalizó la peleadora de UFC.
Imagen portada: MILENIO