Por Félix Cortés Camarillo
Pido Paz.
A propósito, el bombardeo de los anuncios en la televisión promoviendo al doctor Simi y su organización de beneficencia pública para el premio Nobel de la Paz este año, ya me tiene hasta la madre.
Sin que éste mi momentáneo estado demerite las calidades personales de Víctor González o sus logros, la campaña iniciada por Rigoberta Menchú ha invertido -a ojo de muy bueno para las cubas- mucho dinero en tiempo aire: hay que compararlo con lo que Escandinavia entregará al laureado por sus afanes pacifistas. Estamos hablando de nueve millones de coronas suecas. Algo así como un millón de dólares americanos a como andaba la corona sueca hoy en la mañana.
Me dí a la tarea de ver si podemos ver en Oslo al señor Torres recibiendo el premio. No es tan fácil enterarse. A pesar de lo que se diga, esto de los nominados este año al premio Nobel de la Paz no es tan público. Lo único que sabemos es que, hasta el 1 de febrero que se cerró el registro había 288 nominados entre organizaciones e individuos. Pero siempre hay chismosos. Comparto el chisme.
Entre los nominados hay concurrentes como la Cruz Roja o la Organización de Naciones Unidas, que en donde no hay paz están obligados a meter su nariz. Me encuentro entre los nominados a personajes de prestigio indiscutible como el Papa Pancho -yo así le dijo- el portugués Antonio Gutierres, de la ONU, Elon Musk -el de las inversiones soñadas en Monterrey que no serán- o Gustavo Petro por algo de paz en Colombia. También Julian Assange, que tiene el voto de Lopitos.
Hay siete entidades postulantes que no quieren paz en Hong Kong, sino que la partan la mandarina en gajos a Beijing. Si me pidieran mi voto, yo lo emitiría por la señora Heidi Kuhn, de los Estados Unidos, quien por años ha dedicado sus esfuerzos a transformar por el mundo los campos minados en viñedos. El vino pacifica.
Pero me reservé para el final, como los magos, la mejor de las postulaciones al premio Nobel de la Paz. Donald Trump.
Doña Claire Tenney, representante por Nueva York (aquí les decimos diputados, aunque suene más feo) metió a la lista de los nominados para el premio Nobel de la Paz a su cuate Donald Trumpp. Lo hizo el 30 de enero, al borde del vencimient. Según ella “por su papel en el tratado de los acuerdos Abraham, que formalmente normalizaron las relaciones de Israel con los Emiratos Árabes Unidos, Bahrain, Sudan y Marruecos”.
Honestamente, yo prefiero al doctor Simi.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Se cayó el teatrito del mentiroso gobernador de Nuevo León sobre la megafábrica de Tesla rumo a Saltillo. Elon Musk puso ayer “on hold” sus inversiones en México. Hasta saber el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre 5.
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