Presentar la realidad laboral de 11 mujeres de las ciudades de México y Bucarest a través de un lenguaje coreográfico, corporal y documental, guio a la bailarina, coreógrafa e investigadora argentina Flor Firvida Martin y a la coreógrafa y cineasta rumana Simona Deaconescu a realizar la videoinstalación Mujeres en el trabajo (Women at Work—Crossroads, Rhythms, and Continuities); publica MILENIO.
Se trata de una coproducción entre México y Rumania entretejida con el resultado de entrevistas realizadas a mujeres de ambos países. Se proyectará en el Museo Ex Teresa Arte Actual, en Ciudad de México, del 7 al 11 de agosto, así como en la Galería Gotxikoa, de San Pedro Garza García, Nuevo León, del 15 de agosto al 6 de septiembre.
Siguiendo una dramaturgia narrativa, la exhibición ofrece las experiencias de vida laboral desde un enfoque corporal, coreográfico y cinematográfico. Está conformada por una serie de videos y una lectura performativa activada por las autoras del proyecto.
Flor Firvida Martin (1985) explicó en entrevista con MILENIO que entienden al cuerpo desde una dimensión amplia que incluye el movimiento, las emociones y los lazos que se crean.
Comentó que ella y Simona Deaconescu conjuntaron a 11 mujeres y a sus historias de manera aleatoria tras preguntarles a sus propios amigos si conocían historias interesantes para que fueran parte de este proyecto.
“En la elección consideramos que el cuerpo estuviera muy presente, que fuera interesante a la hora de filmar y, por supuesto, que su trabajo las llevara un poco al límite”, comenta.
Historias de lucha
Sus cómplices en esta iniciativa fueron María, Candelaria, Geta, Cassandra, Petra, Larisa, Elvira, América, Billie Rose, Nina y Gabi, mujeres de Europa del Este y de Latinoamérica con historias dignas de escuchar.
En este grupo hay una escultora, una jugadora profesional de baloncesto, una artista de performance y bondage, una sanadora y doula (partera), una luchadora, una costurera y cocinera transgénero, una terapeuta y trabajadora sexual, una defensora de los derechos de las personas con discapacidad visual, una bailarina de pole dance y una bailarina contemporánea.
-¿Cuáles son las coincidencias de estas mujeres que viven y se desarrollan en contextos y culturas distintas?
Algo que nos pareció interesante resaltar es que por más que el título es Mujeres en el trabajo no hay una forma de homogeneizarlas. Nos interesa romper esa idea de que hay una única forma de ser mujer, ya que no luchamos ni sentimos lo mismo. Abordamos el tema desde la pluralidad conscientes de que somos mujeres en diferentes realidades.
«Algunas comparten, sobre todo en México, la constante de tener que hacer muchos trabajos al mismo tiempo: salir a laborar y, de regreso al hogar, ser madre y ama de casa. Planteamos la manera de hacer frente a esas exigencias que tenemos como mujeres o cuerpos feminizados, de ser racializadas y discriminadas, de tener que demostrar que estamos a la altura, de enfrentar la violencia de género y el terrible hecho de que las mujeres históricamente han sido aplastadas».
-¿Cómo afecta al cuerpo de las mujeres el trabajo y la búsqueda de ingresos?
En general, para quienes tienen que realizar muchas actividades para llegar a fin de mes se pierde el límite entre lo que es el trabajo, la vida cotidiana y el descanso. El trabajo organiza nuestra forma de vincularnos, nuestro tiempo de ocio, nuestros ritmos.
«En el caso de Elvira, quien trabaja en una fábrica de vidrios y ventanas en Rumania, contaba que ha llegado a trabajar unas 20 horas seguidas y que por ello tuvo problemas de salud. La mujer que es ceramista también vio afectada su salud al estar respirando sustancias que le han ocasionado problemas en los pulmones.
«Gaby, que es jugadora de basquetbol, presenta problemas en las articulaciones y los ligamentos, esto la llevó a una operación ante la exigencia del rendimiento. Es decir, cada desempeño laboral tiene una incidencia directa en el cuerpo de las mujeres, como se observa en la videoinstalación«.
Imagen portada: Especial | MILENIO
