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Selección y formación de jueces

Por Efrén Vázquez Esquivel

Ha estado en el olvido el problema de la selección y formación de jueces y el acceso a la judicatura. Primero porque en el siglo XIX no había suficientes licenciados en derecho y después porque Porfirio Díaz y los gobiernos postrevolucionarios optaron por una vía práctica: tener bajo su control al Poder Judicial (PJ).

La escasez de licenciados en derecho en el siglo XIX fue tan grande que no obstante la intención de los diseñadores del Estado mexicano de profesionalizar el PJ, ante la falta de graduados en derecho tuvo que continuar la tradición de una justicia administrada por letrados y no letrados, heredada de la Colonia.

Los jueces letrados eran graduados en derecho. Los no letrados eran legos, con ciertos conocimientos empíricos de derecho. Algunos tenían la carrera de derecho inconclusa; otros solo estudios de bachillerato; otros más ni siquiera eran bachilleres.

La carencia de estudios formales de estos últimos no los eximía de experiencia para fungir como juzgadores o como abogados de los que no contaban con recursos para pagar a un abogado calificado.

En el Archivo General de la Nación hay documentos que Georgina López González pudo revisar, en los que consta que en 1864 ya era exigencia de ley que los jueces “fueran abogados titulados y con experiencia”. No obstante, las circunstancias obligaron a que como antes se echara mano de jueces no letrados.

Durante la primera década del periodo postrevolucionario no hubo condiciones de posibilidad para pensar en criterios de selección y formación de jueces y el acceso a la judicatura.

Tampoco el cardenismo vio este problema. Su prioridad fue materializar la reforma agraria, propósito que determinó que los ministros fueran nombrados por el Presidente, ratificados por el Senado y que duraran en su encargo seis años.

Después, de 1940 a 1982, periodo silencioso de la historia del PJ en el que la corrupción y el autoritarismo brillaron intensamente, y aunque ya había condiciones de posibilidad para percibir y debatir el referido problema no hubo en los sectores social, político y académico, alguien que dijera esta boca es mía.

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// Efrén Vázquez Esquivel

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Autor: stafflostubos
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