Por José Jaime Ruiz
Embobados en alguna psicología de la transferencia, las recientes elecciones de Venezuela sirven para despresurizar a la derrotada derecha oligarca mexicana. Como tema, Venezuela desplaza de las redes sociales a la falacia de la sobrerrepresentación. Ni siquiera la captura o secuestro de Ismael el Mayo Zambada sirvió para “desvenezuelanizar” la protesta de los iracundos que perdieron la brújula el 2 de junio. “Perdimos México, ganemos Venezuela”, parece ser la ingenua consigna. Toda política es local o la mejor política exterior es la política interior.