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Daniel Arizmendi, ‘El Mochaorejas’, secuestrador que cobró más de 50 mdp en rescates

A finales de la década de los 90 se hizo famosa una banda de secuestradores que operaba en el Valle de México y que tenía un modus operandi sanguinario: cortaban las orejas o dedos a sus víctimas, en caso de que sus familiares se negaran a pagar el rescate; informó MILENIO.

Esta banda era liderada por Daniel Arizmendi López, quien actualmente se encuentra preso en el penal del Altiplano. El Mochaorejas, como también era conocido este hombre, consiguió millones de pesos de forma ilícita. Te contamos la historia de este criminal, quien hasta la fecha no muestra arrepentimiento.

¿Quién es El Mochaorejas?

Daniel Arizmendi López nació el 22 de julio de 1958 en Morelos, pero años después se mudaría junto con sus padres y sus tres hermanos a la capital del país donde comenzó su vida criminal.

Es bien sabido que, Arizmendi creció en una familiar humilde junto a su padre alcohólico que lo golpeaba desde joven, lo que provocó que generara un resentimiento hacia su madre por no defenderlo e inclusive abandonarlo, junto a sus hermanos.

Cuando tenía 15 años, Arizmendi fue sorprendido intentando robar un automóvil; sin embargo, fue puesto en libertad porque era menor de edad.

Años más tarde, conocería a María Lourdes, con quien se casó y tuvo dos hijos, poco después de cumplir los 20 años.

Ante esto, Daniel Arizmendi se vio obligado a trabajar para mantener a su familia, por lo que —según registros de la época— llegó a formar parte de la Secretaría de Marina (Semar) y de la policía de Morelos; sin embargo, su ambición lo llevó a retomar el robo de automóviles.

Se dice que el criminal aprendió a abrir automóviles y echarlos a andar durante su etapa como policía, por lo que con este conocimiento formó una banda de más de 15 personas —entre ellos dos de sus hermanos— junto con los que robó más de 100 vehículos en el Valle de México.

Daniel Arizmendi formó una banda dedicada al robo de automóviles(Diseño: Rafael Mejía).

Sin embargo, la ambición de Arizmendi siempre fue mayor y pese a haber pisado el penal de Barrientos, en 1990, comenzó a secuestrar personas adineradas, luego de que su sobrina le platicara el caso de una persona privada de su libertad en Morelos, por la que su familia pagó un rescate de un millón de pesos.

Una vez que incursionó en el mundo del secuestro, Arizmendi López involucró a gran parte de su familia en estos actos ilícitos, entre ellos sus hermanos, esposa, cuñados y hasta sus propios hijos.

Durante una entrevista con Julio Scherer, el periodista le preguntó si su familia estaba involucrada en los delitos de secuestro y asesinato, a lo que Arizmendi contestó:

“Si se llama involucrar a comprarle autos y casas, sí involucré a Lourdes, a Dulce y a mis hijos. Sea bueno o malo el trabajo, uno trabaja para las personas que quiere”, dijo durante una entrevista una vez que estaba detenido en el penal del Altiplano.

Cabe mencionar que, durante el tiempo que Arizmendi estuvo activo, llegó a tener una amante de nombre Dulce, a quien consideraba también su esposa y con la que tuvo un hijo.

El Mochaorejas incursionó a toda su familia en el crimen(Diseño: Rafael Mejía).

Personas a las que secuestró; el origen de El Mochaorejas

A Daniel Arizmendi López se le ligan con cerca de 200 secuestros de personas de las cuales asesinó a algunas, por lo que sería imposible hacer un recuento; sin embargo, hay casos que trascendieron por quién era la víctima, incluyendo la primera vez que le cortó las orejas a alguien.

Primer secuestro

El primer caso de secuestro ocurrió el 11 de junio de 1995, cuando Arizmendi y su banda privaron de la libertad al dueño de una gasolinera, cuya familia accedió a pagar el rescate sin poner mucha resistencia.

¿Cómo se convirtió en El Mochaorejas?

Ante esto, Arizmendi volvió a secuestrar al dueño de varias bodegas, identificado como Leobardo Pineda, quien fue levantado el 7 de diciembre de 1995.

La víctima pasó dos meses secuestrada, ya que su familia se negaba a pagar el rescate, hasta que Arizmendi decidió cortarle las orejas a Leobardo, con unas tijeras de pollero, y enviarlas como amenazas, dando origen al modus operandi que practicó en la mayoría de los secuestros.

Tras la tortura, la familia accedió a pagar, pero las autoridades lograron detener a uno de los cómplices de El Mochaorejas, por lo que Arizmendi tomó la decisión de matar a Leobardo Pineda.

Durante 1996, la banda de secuestradores de El Mochaorejas privó de su libertad a más de 10 personas, logrando acumular una gran fortuna, con la que abrió un centro nocturno en Nezahualcóyotl, Estado de México, lo que provocó que el alcoholismo de Arizmendi empeorara y se hiciera adicto a las drogas.

Cabe mencionar que, durante ese año, Arizmendi fue identificado varias veces por las autoridades capitalinas y del Estado de México; sin embargo, debido a la complicidad y relación que tenía con algunos policías pudo seguir operando.

El Mochaorejas logró abrir un centro nocturno con el dinero de los rescates de sus víctimas(Diseño: Rafael Mejía).

Único caso por el que pidió disculpas

En 1997, Arizmendi secuestró a Raúl Nava Ricaño, hijo de un empresario dedicado a la exportación de plátanos y dueño de bodegas.

Raúl Nava fue retenido en contra de su voluntad en uno de los inmuebles de Arizmendi, ubicado en la colonia San Juan de Aragón.

Los secuestradores pedían 3 millones de pesos a cambio de dejarlo en libertad, pero como era costumbre Arizmendi, cortó las orejas de la víctima y se las mandó a la familia, por lo que el padre de Raúl Nava dio aviso a las autoridades, lo que provocó que 11 días después del secuestro lo matara El Mochaorejas.

Una vez que el criminal se encontraba tras las rejas, Arizmendi tuvo una entrevista con Julio Scherer, a quien le leyó un segmento de una carta que escribió a manera de disculpa a la madre de Raulito:

Sra. Nava: “Le juro que no le guardo odio ni rencor por sus agresiones hacia mi persona, al revés la comprendo y le doy la razón. Yo sé que merezco eso y más. Sra., le juro que estoy arrepentido de haber privado de la vida a su hijo Raulito. Sra., si para reparar ese daño yo tuviera que entregar a uno de mis hijos le juro que lo haría”, compartió El Mochaorejas durante la entrevista.

Otras de las víctimas de Arizmendi son los empresarios Luis Serrano Gumersindo, dueño de La Europea; y Ernesto y Francisco Henaro Payán, de Comex.

Mientras que su banda también estuvo ligada al secuestro del hijo de Vicente Fernández y el padre de Guillermo del Toro. 

Daniel Arizmendi le cortaba las orejas a sus víctimas con tijeras de pollo(Diseño: Rafael Mejía).

Fin de El Mochaorejas ¿Cómo lo detuvieron?

La banda de secuestradores operó libremente en el Valle de México de 1995 a 1998, pero entre finales del 97 y 98 las autoridades le pisaban los talones, debido al escándalo mediático de un hombre tan sanguinario como El Mochaorejas.

Arizmendi comenzó a sospechar de algunos de los integrantes de su banda, quienes según trabajaban con las autoridades para detenerlo, por lo que los mandó a asesinar. Esto debilitó a la célula criminal, provocando la detención de su esposa y dos de sus hijos en 1997, lo que facilitó la captura de El Mochaorejas, afuera de su casa, el 17 de agosto de 1998, de la mano de Genaro García Luna.

El criminal fue sentenciado a 393 años de prisión y le aseguraron más de 50 millones de pesos, casi un millón de dólares, y varias propiedades a su nombre, todo producto del dinero que conseguía por el secuestro de empresarios.

Cabe mencionar que durante su audiencia, Arizmendi tuvo a los abogados que más tarde defendería a Joaquín El Chapo Guzmán.

El Mochaorejas no puso resistencia al momento de su captura(Diseño: Rafael Mejía).

Entrevistas con El Mochaorejas

Tras la detención de Arizmendi, se viralizó una entrevista con el asesino en la que no mostraba ningún tipo de arrepentimiento y en la que inclusive aseguraba que volvería a secuestrar a personas.

El Mochaorejas dijo que los familiares tenían la culpa por negarse pagar el rescate de las víctimas.  

Años más tarde, el periodista Julio Scherer, consiguió una entrevista con el secuestrador en el penal de Almoloya.

Scherer, aseguró que Arizmendi tenía una sonrisa en su rostro mientras conversaba de sus acciones; además, se rehusó a que el periodista grabara la entrevista y que tomara nota, por lo que fue muy poco lo que ambos platicaron.

Entre las cosas que platicaron, El Mochaorejas explicó que él no secuestraba por el dinero, sino por la adrenalina que le causaba cometer los delitos; además opinó sobre cómo se podía acabar la delincuencia en el país.

“La adrenalina, el ego de ganarle a las personas. Era como un juego. Sin la adrenalina me siento cosa (…) ¿Qué se puede hacer para acabar con la delincuencia?: primero se tiene que acabar con la pobreza, la marginación y sobre todo preparar a la niñez de nuestro país para el futuro”.

Durante sus años en prisión el Mochaorejas controlaba el penal de Almoloya junto con los Arellano Félix y Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del cártel del Golfo.

Pese a esto, la vida en la cárcel no es fácil por lo que cuando Scherer, le preguntó si había tenido intenciones de quitarse la vida, respondió: “No tengo el valor de matarme. Todos somos valientes para hacer maldades, no para que nos las hagan”.

El Mochaorejas escribió una carta desde Almoloya a la mamá de una de sus víctimas(Diseño: Rafael Mejía).

Finalmente, Arizmendi aprovechó la entrevista para mandarle un mensaje a su familia:

“Por medio de este reportaje le hago saber a mis esposas María Lourdes Arias y Dulce Paz Venegas que las amo y las adoro con todo mi corazón, a ellas y a nuestros hijos Daniel, Sandra y Hugo”.

Imagen portada: Rafael Mejía / MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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