Nacida en la Alemania postguerra, naturalizada mexicana, la decoradora y diseñadora de producción Brigitte Broch será homenajeada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas con el Ariel de Oro el 7 de septiembre en la 66° edición de los Premios Ariel; publicó MILENIO.
En entrevista exclusiva con MILENIO, la ganadora del Oscar (Moulin Rouge!) hace una recapitulación de su vida y los proyectos que más marcaron su carrera profesional.
¿Cómo fue el impacto cultural cuando llegaste a México?
No muy bueno, porque llegué con minifalda y me querían agarrar las pompas todo el tiempo, no fue agradable la primera impresión; fue mejorando con el tiempo.
¿En qué momento decidiste dedicarte al cine?
Con el pasar de los años me interesó la danza y el teatro, en un grupo conocí a Luis Mandoki, quien me introdujo al cine; dije: “OK, vamos a ver” y así pa’l real.
Fue a partir de Bandidos (1991) de Luis Estrada, que me empecé a familiarizar con este mundo del diseño de producción y decoración.
¿Cómo diferencias la dirección de arte y el diseño de producción?
La primera es más bien una cuestión técnica y el Diseño de producción se puede entender como el diseño de toda la película, es una coordinación con vestuario, utilería, locaciones y a la par mucha comunicación con la dirección y cámara.
¿Cómo fue trabajar con Luis Estrada, Cuarón, Del Toro e Iñarritu?
Se mostraban muy seguros todos ellos, Del Toro es una persona muy adorable, nada de problemas. Tampoco me puse nerviosa, quizá porque trabajé con ellos al inicio de sus carreras, con Iñarritu fueron sus primeras películas. Nunca estaba tan segura de lo que estaba haciendo y sí necesitaba feedback.
¿Cómo fue pasar por proyectos tan diferentes desde o las de Baz Luhrmann hasta las de Alejandro G. Iñarritu?
No hubo problema para mí: leer el guion, entender lo que el director quiere y tratar de cumplir con las expectativas. Tengo que admitir que me gusta hacer películas de época, creo que Romeo + Julieta (1996) dentro de su estilo modernizado sigue siendo de época, Moulin Rouge (2001), Hidalgo (2010); hacer La otra conquista (1998) me gustó mucho porque me metió al mundo colonial.
Tras el Óscar por Moulin Rouge, ¿por qué decidiste quedarte en México y no en Hollywood?
No importa dónde estés, te llaman y vas; he hecho películas en Estados Unidos donde me ofrecen una visa de trabajo y voy, no es necesario estar en Hollywood.
El proyecto que más disfruté hacer fue una película que se hizo en Chiapas, La hija del puma (1994), hecha por directores suecos, no tanto por la película en sí, sino donde se filmó: en la frontera con Guatemala con mayas que habían huido por la persecución militar y fue una experiencia con esa gente tan fantástica que desde entonces mi corazón late por el indígena.
¿Qué diferencias hay entre Hollywood y México al momento de hacer cine?
Allá son mucho más rigurosos, ni 15 minutos más; la gente se va o te cobra el tiempo extra, en ese sentido hay más respeto y, en general, la gente está más preparada. Aquí la gente improvisa, y lo hace maravillosamente, ese es el don del mexicano, saber improvisar.
¿Cómo era el diálogo entre tu libertad creativa y el presupuesto?
Limitante de presupuesto siempre hay, solo en Moulin Rouge (2001) no hubo; en la mayoría donde siempre hay limitantes tuve suerte y pude hacer las cosas que propuse con el dinero que hubo.
Ya habías ganado un Ariel de plata con Sexo, pudor y lágrimas (2001). ¿Cuál fue tu reacción cuando supiste del Ariel de oro?
Me sorprendió, la verdad no lo esperaba, pero me dio gusto.
¿Cuál consideras que es tu mayor aportación al cine?
Me dicen que haber creado una generación nueva; cuando empecé con Luis Estrada, la dirección de arte no estaba nada definida, había construcción o decoración, pero separados, no se combinaban. Haber puesto mi huella ahí haciendo las dos cosas y enseñando a la gente que no podían ir separadas.
¿Qué es lo más difícil de dedicarte al cine?
Dejar a mi hija en casa fue mi mayor sacrificio, aunque la llevaba a prácticamente todas las locaciones, pero solo se podía en sus vacaciones.
¿Cuál es tu relación con la lectura a diferencia del cine?
Con la lectura yo me invento la película, no he perdido eso: leo y me imagino. Los libros del alemán Bernhard Schlink son mis favoritos porque hablan de una época postguerra que de alguna manera me concierne. Es inevitable al ver una película notar detalles y decir: “Oh, mal, está mal” o “muy bien”.
Así lo dijo
“Lo más difícil de dedicarme al cine fue dejar a mi hija en casa”.
Filmografía selecta:
- Bandidos (1991) de Luis Estrada
- Sólo con tu pareja (1991) de Alfonso Cuarón
- La invención de Cronos (1992) de Guillermo Del Toro
- Romeo + Julieta (1996) de Baz Luhrmann
- Sexo, pudor y lágrimas (1999) de Antonio Serrano. Ariel de Plata por Dirección de arte
- Amores perros (2000) de Alejandro G. Iñárritu
- Moulin Rouge (2001) de Baz Luhrmann. Óscar por Dirección de arte
- 21 gramos (2003) de Alejandro G. Iñárritu
- Babel (2006) de Alejandro G. Iñárritu
- Hidalgo (2010) de Antonio Serrano
Imagen portada: Especial / MILENIO
