A principios de 2024 se estrenó en el Sundance Film Festival ENO del director Gary Hustwit, un documento cinematográfico que tiene la capacidad de generar un número casi infinito de versiones de ENO gracias a la utilización de un software que selecciona y combina secuencias fílmicas de manera aleatoria. Estamos hablando de más de 500 horas de metraje que incluyen entrevistas con Brian Eno, fragmentos de sus conciertos, su trabajo en el estudio… Secuencias que se mezclan al azar hasta llenar 85 minutos en cada proyección; publica MILENIO.
En The New York Times leemos que podrían proyectarse decenas de millones de ENOs diferentes; de «quintillones» habla el diario. En alguna versión predomina un Brian Eno filosófico, en otra versión se verá a un Brian Eno definiendo la música pop, en otro más Brian habla de novísimas tecnologías… El caso es que nunca se ve el mismo documental, pero todas las versiones que se proyectan derrochan coherencia. Por si esto no fuera demasiado, Gary Hustwit continúa alimentando el software bautizado «brain one» (anagrama de Brian Eno) con nuevas secuencias.
Y quién mejor que el ganador de seis Grammy, dos BRIT y un Bafta para estrenar este software que se emparenta con la música generativa que Brian Eno crea desde mediados de los noventas utilizando el programa KOAN: un software de música que incansable produce música irrepetible.
En alguna secuencia de su documental biográfico, Brian Eno se refiere a sus influencias musicales cultas (Karlheinz Stockhausen, John Cage, Philip Glass…) y a sus influencias pop (Little Richard, The Silhouettes…); en otro segmento interpreta con Roxy Music Virginia Plain en el programa Top of The Pops de la BBC; en otra secuencia de ENO, Brian se asume defensor del derecho de elegir el silencio ante la música invasiva que hoy nos acosa. Y en muchas de las secuencias de ENO encontramos lecciones sobre creatividad.
El visionario
«Un día, Joan Harvey, mi suegra, dijo con esa actitud británica arrogante de clase alta: ‘Lo que no entiendo, Brian, es por qué alguien con una inteligencia como la tuya querría malgastarla siendo un artista’. Y eso me llegó muy hondo —ha comentado Eno en la Red Bull Music Academy—. Toda mi vida intelectual se ha desarrollado alrededor de esa pregunta, intentando averiguar por qué hacemos arte, por qué tenemos preferencias estéticas. Por qué nos gusta más el verde que el azul. Por qué nos gusta una canción de Beyoncé más que otra».
Por su parte, Gary Hustwit agrega: “Gran parte de la carrera de Brian ha consistido en fomentar la creatividad en sí mismo y en los demás, a través de su papel como productor, pero también a través de sus colaboraciones en proyectos como las tarjetas Oblique Strategies o en las aplicaciones Bloom o Scape para hacer música. Pienso en ENO como una película sobre la creatividad con Brian Eno como materia prima. Lo que he intentado hacer es crear una experiencia cinematográfica que sea tan innovadora como el enfoque de Brian hacia la música y el arte”.
Al otorgarle el León de Oro, Lucia Ronchetti, directora de la Bienal de Música de Venecia (2023), resumió así su carrera: «El trabajo compositivo de Brian Eno ha sido concebido como un proceso generativo que evoluciona según una dimensión temporal potencialmente infinita, anticipando muchas de las tendencias compositivas actuales relacionadas con el sonido digital».
El enorme interés de Brian por la creatividad impide que se distraiga hablando de su vida personal. Sabemos que nació en 1948, en Inglaterra, que se ha casado dos veces y que tiene tres hijas, pero en ENO menciona sólo a una y lo hace brevemente.
Algunos de sus admiradores desearíamos saber, por ejemplo, el motivo real de la separación de Eno y Roxy Music en 1973. Pero Brian se limita a declarar: «las largas giras con Roxy me desviaban de mi principal objetivo que es el de incursionar en la experimentación musical».
Cuando un periodista insiste en preguntarle por qué no le gusta hablar de su pasado, Brian contesta: «porque es muy, muy aburrido. Porque tengo mucho pasado y todavía estoy en el presente. Y porque tengo muchas cosas por hacer«.
Y una de las tareas urgentes que tiene Brian es devolverle algo a los lugares de los que ha sacado ideas. «La música empezó con los sonidos del mundo natural y Sounds Right -fundación de la que Brian es cofundador- se propone ayudar a preservar el planeta para que pueda continuar inspirándonos en los años venideros», le ha comunicado Brian a Consequence, medio especializado en entretenimiento de vanguardia.
En 1996, Brian Eno y otros artistas crearon Long Now, una fundación que busca educar al público sobre el futuro a muy largo plazo y financia la exploración de soluciones duraderas a problemas globales.
Para conmemorar el Día de la Tierra (22 de abril 2024), Brian Eno incluyó sonidos de la naturaleza en Get Real, canción que compuso con David Bowie en 1995. Y lo recaudado por esta nueva versión de Get Real en la que la naturaleza es la «artista invitada» irá a parar a EarthPercent, organización a la Brian pertenece y la cual exhorta a los músicos a donar una parte de sus regalías para salvar al Planeta.
El miniaturista
En la Edad Media había monjes dedicados a diseñar e iluminar letras capitulares de la Biblia. Eran conocidos como miniaturistas porque presumían la habilidad de representar en dos centímetros cuadrados complejas escenas. Generalmente, el trabajo de Brian Eno se ubica en el extremo opuesto: hacer música irrepetible y potencialmente infinita. Como cualquier creador, a veces Brian se bloquea. Muy saludable es entonces que alguien lo interrumpa para convertirlo en, por ejemplo, su productor musical o invitarlo a presentar una instalación visual.
En 1994, Brian fue «interrumpido» por los diseñadores Mark Malamud y Erik Gavriluk de Microsoft para encargarle la música de Windows 95.
Eno comentó en una entrevista con el San Francisco Chronicle: «La petición surgió en un momento en el que yo estaba completamente desprovisto de ideas y me sentía perdido en mi propia música. Entonces llegaron Mark y Erik con algo muy concreto ‘aquí tienes un problema específico, resuélvelo’. (…) El mensaje de la agencia decía: ‘Queremos una pieza musical que sea inspiradora, universal, optimista, futurista, emocional’ (…), y al final la nota decía ‘y debe ser de 4 segundos de duración’. Me pareció muy divertido intentar hacer una pequeña pieza musical. Era como hacer una pequeña joya. De hecho, hice ochenta y cuatro piezas (…). Luego, cuando terminé eso y volví a lo mío componiendo piezas que duraban unos tres minutos, aquello me pareció un océano de tiempo».
El resultado fue el glorioso sonido inicial del sistema operativo Windows 95, The Microsoft Sound.
Maestro productor
«Hay una expresión en inglés que dice: ‘los que pueden, hacen; los que no pueden, enseñan’, pero hay algo muy atractivo en la enseñanza… A partir de articular algo para alguien el maestro puede entenderlo mejor. En mi vida he sido mucha veces profesor; de hecho, el trabajo de productor musical es un tipo de enseñanza».
Y como magistral productor, Brian ha estado detrás de muchos proyectos musicales interesantes. La llamada Trilogía de Berlín de David Bowie: Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979). Un puñado de álbumes de U2 entre los que se encuentra The Joshua Tree (1987), Viva la Vida (2007) de Coldplay…
En la larga lista de músicos «producidos» por Eno también están Grace Jones, John Cale, Rachid Taha, James, Belinda Carlisle, Ultravox, Cluster, Devo, Talking Heads, Travis… En plan reconciliatorio, Brian Ferry (Roxy Music) le pidió a Eno su colaboración en el álbum Dylanesque (2007).
Un Eno para cada cual
«Odio los documentales y las películas biográficas porque son hagiográficas y siempre son la versión de una persona sobre otra, y yo no quiero ser la historia de otra persona», ha dicho el hombre que en 2019 recibió la Medalla Stephen Hawking del Festival Starmus.
Los odiaba, sí, hasta que Gary Hustwit le mostró el software con el que se haría su biografía. Brian Eno entendió que la aleatoriedad lo protegería de lo que a él tanto le disgustaba de las biopics. La imagen publicitaria de ENO es elocuente. Un mosaico fotográfico donde vemos a Brian Eno vestido con la misma camisa rosa presentado en varios tamaños y actitudes..
El polifacético y polímata Brian ha quedado encantado con ENO, documental biográfico que ha sido calificado por IMDB (International Movie Data Base) con un 8.2, puntuación que sólo alcanzan películas consideradas clásica».
La aleatoriedad es el elemento más interesante del documental ENO. Nunca veremos el mismo ENO, pero todas las versiones son inspiradoras y estimulantes.
A futuro, las posibilidades son enormes. «ENO podría ser completamente interactivo -comenta Gary Hustwit-. Yo, por ejemplo, podría preguntarle al público: ‘¿qué quieren ver? ¿quieren escuchar más música?, ¿ver más conversaciones?, ¿desean que Brian exponga más ideas ecologistas?’. Podría transformar ENO como yo quisiera o dejar que el público lo interviniera. Pero en estas primeras generaciones de ENO, ENO se queda como está».
Brian en la CdMx
Brian Eno ha estado varias veces en nuestra capital. En 2010 expuso su instalación 77 millones de pinturas en el Museo Diego Rivera Anahuacalli y ofreció una conferencia magistral en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris ubicado en nuestro Centro Histórico.
En 2024, Brian presentó en San Ildefonso Face to Face For México, una actividad del festival El Aleph, que dedicó su octava edición a la Inteligencia Artificial.
Los soundtracks
En 2009, Brian Eno compuso la música de Desde mi cielo (Peter Jackson) y en 2021 hizo la música de Ithaka (Lawrence Ben), documental que narra los esfuerzos de John Shipton para salvar a su hijo, Julian Assange.
The it boy
A principios de los 60, lo chic era ser glam. Y como Brian era el más guapo entre los roqueros, los medios querían saber cómo se maquillaba.
Esto fue lo que Brian le respondió a la revista Melody Maker en una edición de 1973: “Mi maquillaje es el mismo tanto dentro como fuera del escenario (…). Consiste en una gran selección de cosméticos que incluyen a Quant, Revlon, Schwarzkopps y Yardley. Simplemente elijo el color que me atrae en ese momento. En mis ojos, uso hasta seis colores de tres fabricantes diferentes. En este momento, estoy usando los lápices delineadores de Mary Quant”.
Imagen portada: Especial / MILENIO