Por Efrén Vázquez Esquivel
No hay discrepancia en cuanto a que la reforma debe garantizar la autonomía del Poder Judicial (PJ) y la independencia e inamovilidad de los jueces. La primera se refiere a la facultad de los jueces para que actúen libre, responsable e informadamente, sometidos solo a la ley en el desempeño de su función.
Y en cuanto a la independencia de los jueces, sin la cual no hay condiciones de posibilidad para la existencia de la autonomía del PJ, ésta consiste, siguiendo a Habermas, en la liberación del dogmatismo y la apertura al pensamiento crítico, para lo cual se requiere que los jueces, debido a que la interpretación es el alma del derecho, sean poseedores de una sólida formación hermenéutica y deontológica.
Aclaro: la pérdida de la independencia de los jueces, lo que trae como consecuencia la pérdida de la autonomía del PJ, se produce no solo por la invasión de poderes (violenta o seductora) del Ejecutivo o el Legislativo, sino también por medio de la invasión tentadora de los poderes fácticos.
Una vez más hay que decir que el problema de raíz sigue invisibilizado. Aún no se ha identificado el verdadero problema. Esta es una crisis endémica de la justicia que nos acompaña desde hace 200 años en la que nos hemos acostumbrado a vivir, crisis que en el siglo XXI se ha agravado con los dos años que duró la pandemia y ahora, con el paro de labores decretado por el PJ, seguramente se agravará mucho más.
Por definición una crisis es temporal y a la vez representa al entendimiento posibilidades de superación. Pues es mucho lo que se puede aprender de cualquier crisis; pero cuando aparece la voluntad de grupos que piensan solo en sus intereses, dicha crisis se convierte en endémica, debido a que de una o de otra manera produce ganancias a quienes la generan.
La crisis endémica de la justicia no solo la generan los jueces. Sin duda muchos políticos, abogados, profesores de derecho, entre otros, consciente o inconscientemente, también somos parte generadora de esta crisis. Juntos, independientemente de la profesión jurídica en la que nos desempeñemos, tenemos que salir de esta crisis.
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- El autor es director científico de la Academia Mexicana de Metodología Jurídica y Enseñanza del Derecho, AC.
