Por Félix Cortés Camarillo
Muy cerca de su ocaso, el presidente López bendijo a la vida -como el poeta- porque no le dio ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida, seguramente . “Me voy a jubilar con la conciencia tranquila y contento”, rezó. Nada de que vida, nada me debes, vida estamos en paz; eso es para cursis. Si lo vemos al detalle, el informe sexto en el Zócalo, en el suma sumandum de un sexenio, los mexicanos le salimos debiendo. Especialmente si compramos como ciertas el promedio de 88 mentiras que en sus discursos mañaneros dijo todos los días, según cuentan los que se dedican a cazar gazapos. Y yo les creo.
Dejémos de lado la celebrada frase de que NO nos deja de herencia un sistema de salud igual al de Dinamarca: le debemos el mejor del mundo. Se comprometió “a una semana de inaugurar el Tren Maya, completo, todo el circuito”. 1,554 kilómetros de los cuales un tercio debe ser eléctrico y a bordo del que pasará las últimas semanas de su despedida. Que le vaya muy bien.
Pero hablemos de herencias. Estoy absolutamente cierto de que pocas personas sensatas envidian la situación actual de la lunamielera Claudia Sheinbaum ante la herencia maldita que le deja Lopitos, que -según la encuesta de El Financiero– tiene un índice de aceptación cercano al setenta por ciento.
Comenzando por el presidente que se va, todos sabemos que la gratitud de las enormes mayorías de pobres, más del cincuenta por ciento, han sido convencidos de que su magra mensualidad del gobierno, que cada vez tarda más en llegar y aumentar, merece un “amor con amor se paga”. Sea.
El problema es que las talegas que quedan en la bodega están flacas. Los mismos programas de asistencia pecuniaria fueron comiéndose los fondos que los diferentes fideicomisos desarrollados por los bandidos del pasado han sido extinguidos -yo digo saqueados- por la generosidad de Lopitos hacia los pobres. Por decisión presidencial, en el ámbito federal y en el de los estados se extinguieron entre otros los siguientes fideicomisos y fondos: FONDEN, para desastres naturales, de Ciencia y Tecnología, del Deporte de alto rendimiento, de innovación tecnológica, de apoyo al cine mexicano, de financiamiento rural, para la innovación, de apoyo a los trabajdores migratorios, los braceros, para la seguridad pública, para el cambio climático y para protección de los defensores de los derechos humanos y los periodistas. Simplemente, todo ese dinero ya no hay. Qué Dios coja confesada a la presidente Claudia, y no le vaya a tocar un temblor de aquellos o un acapulcazo como el que sigue sufriendo el puerto. No hay dinero. Se aprobó en diputados en octubre de 2020 este paquete por 242 votos a favor, 178 en contra y 7 abstenciones. No como ahora, que hubiera sido jubiloso festival moreno.
Para mantener la entrega de apoyos monetarios a los jodidos, si no se suben impuestos, ¡virgen del huerto!, ya no hay dinero. Lo único que nos queda son los 65 mil millones de dólares que los paisanos van a mandar a sus familias este año y 230 mil millones de dólares que están en la reserva federal que guarda el Banco de México. Nada más que…..
Me permito una cuña oportuna: “El Estado tendrá un banco central (precisamente el Banco de México) que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y su adminisración… Ninguna autoridada podrá ordenar al banco conceder financiamiento”. Eso dice el sexto párrafo del artículo 28 de la Constitución.
Esos 230 mil millones de dólares están, dice Doña Constitución, de “mírame y no me toques”.
¿Se entiende ahora el júbilo de Lopitos por la sobrerrepresentación en el Congreso de su pandilla? En el momento en que la presidente Sheinbaum sienta la falta de lana, diputados y senadores, como en Fuenteovejuna, todos a una cambiarán el artículo 28 constitucional, abriendo la caja fuerte.
Sólo falta el pistoletazo. ¡En sus dinamarcas…!
PARA LA MAÑANERA ( porque no me dejan entrar sin tapabocas): Causa alegría ver las imágenes de los drones sobre el Ángel de la Independencia. con las calles repletas de jóvenes estudiantes universitarios y de la vida, protestando contra el atraco a la justicia en la forma de los jueces nombrados a mano alzada y no por méritos. También nos había entusiasmado la marea rosa defendiendo al INE. A éste también se lo va a cargar Lopitos. Tal vez la única lección válida que nos deja Morena y Asociados es que nos engañaron con viejo el cuento de demos y cratos: no siempre el que tiene la mayoría tiene la razón.