La aplanadora de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados protagonizó un déjà vu legislativo al discutir y aprobar los cambios al Poder Judicial en una sede alterna, a todo vapor y bajo un cerco policiaco, tal como lo hizo su archienemigo, el PRIAN, en 2013 con las reformas educativa y energética del entonces presidente Enrique Peña Nieto; publica MILENIO.
Si bien los legisladores de la cuarta transformación descartaron sesionar en algún oneroso centro de convenciones y eligieron la austeridad de la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca, tampoco se privaron de un “detallito” como la taquiza de La Casa del Trompo, patrocinada por el ex futbolista y diputado morenista Cuauhtémoc Blanco.
“¡Acaba de meter un golazo este cabrón con este detallito!”, clamó el actor y legislador Sergio Mayer con su charola de tacos al pastor en mano y señalando al también ex gobernador de Morelos mientras videogrababa con su teléfono móvil.
Mayer presumía en ese momento que la mayoría parlamentaria estaba concentrada en la sede alterna para sacar adelante la reforma “al Poder Legislativo”. Ninguno de los diputados a su lado lo corrigió.
Para la cena se desplegaron cerca de 100 mesas, donde legisladores de todas los partidos, así como asesores y personal, degustaron tacos de guisado (pollo con mole, chicharrón en salsa roja, bistec con papas, salchichas y frijoles refritos), refrescos y café.
Los diputados oficialistas y opositores participaron desde la tarde del martes y hasta la mañana del miércoles en una maratónica sesión de 18 horas, durante las cuales confrontaron posiciones sobre la reforma judicial e intercambiaron consignas, descalificaciones y acusaciones.
El grupo parlamentario del PAN se presentó nuevamente como la “resistencia de la República” ante las reformas del plan C impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los panistas portaron playeras blancas y desplegaron decenas de pancartas con las frases “Soy resistencia” y “¡Sin justicia no hay futuro!”, acusando a Morena y aliados de buscar la destrucción del Poder Judicial para imponer jueces a modo.
Morenistas, verdes y petistas entonaron una y otra vez las arengas “¡Es un honor estar con Obrador!” y “¡Presidenta, Presidenta!”, además de exhibir carteles con las palabras “Justicia” y “Democracia”.
Con su coordinador Ricardo Monreal al frente, la bancada del partido guinda sostuvo que la reforma al Poder Judicial es un mandato popular expresado en las urnas el pasado 2 de junio.
La austeridad de la sede alterna se evidenció al momento del registro de asistencia y en dos votaciones nominales, en lo general y en lo particular, pues del máximo de 10 minutos en el tablero electrónico de San Lázaro se pasó a una hora.
Por acuerdo de la Junta de Coordinación Política, los diputados sufragaron “de viva voz”, mencionando nombre, grupo parlamentario y sentido del voto, aunque muchos agregaron arengas políticas y partidistas, al grado que la Mesa Directiva, presidida por Sergio Gutiérrez Luna, en ausencia de Ifigenia Martínez, llamó a los legisladores a limitarse al protocolo.
Imagen portada: Cuartoscuro