Por Carlos Díaz Barriga
En algún momento habrá de llegar una paloma azul grisácea a los balcones de Palacio con el mensaje envuelto en papel perfumado para el Presidente, de que los insomnes diputados ya aprobaron en una cancha de basquetbol, su reforma judicial. Entretanto, bien se puede hacer tiempo con una ‘mañanera’. Breve informe de Ariadna Montiel, la ratificada Secretaria de Bienestar y de María Elena Álvarez-Buylla -Colegio Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología-. Sección ‘quién es quién en las mentiras’, inocua; publicó MILENIO.
El Presidente arranca con su respuesta al periodista Ciro Gómez Leyva. “Yo cometí ese error… como le dije ‘amigo’, dice: ‘Usted, no es mi amigo’, y tiene razón, es mi adversario… pero se atreve a decir que pues no soy su amigo, porque a él lo quisieron asesinar y deja una insinuación de que un amigo no hace eso. Entonces, le quiero nada más aclarar a Ciro que de ninguna manera nosotros tenemos el propósito de quitarle la vida a nadie… esa bala nos hubiese afectado a todos… imagínense si le hubiese pasado algo, si hubiese perdido la vida. ¡No! Dios existe, yo tengo que dar gracias al Creador… si no hubiese traído blindaje y lo asesinan, el daño que hubiese causado esa bala… por eso no considero correcto, adecuado, ético, hacer una insinuación de ese tipo… no lo quería yo dejar pasar. Y le deseo que le vaya muy bien a mi adversario Ciro Gómez Leyva”.
Se acuerda de “todas esas reformas aprobadas por el PRI y el PAN en el periodo neoliberal… cuando tenían mayoría los conservadores y era una aplanadora, y nosotros éramos oposición”. Va a pedir ‘Cuando el destino’ de José Alfredo Jiménez, para la playlist mañanera, pienso: ‘Qué bonita es la venganza / cuando Dios nos la concede / yo sabía que en la revancha / te tenía que hacer perder’.
Le responde a un estudiante de derecho que dice en los videos de las protestas ‘¡Van a llegar delincuentes!’: “Ay, hermanito, mi primo hermano, si supieras. No van a llegar, lamentablemente ya están ahí”. Y les avisa: “cuando uno lucha por convicciones, Y uno no puede claudicar. Vamos a suponer que bloqueen, que se lleve más tiempo; pues no va a cambiar nuestra postura”. Aunque se plantea incluso otro escenario: “en el caso muy remoto… vamos a suponer que se llenan las calles y se bloquean todas las sedes, gran movilización, y no se pudo; pues ya cumplimos”. Le avisa Jesús Ramírez Cuevas: “ya se aprobó en Diputados la reforma judicial. Ya pasa al Senado”. AMLO: “muy buena noticia”.
Lo cuestionan sobre nuevo pronunciamiento del embajador Ken Salazar. “Sin comentarios… uno es dueño de su silencio también y a veces rehén de lo que dice”. Pero no se contiene. No puede: “nada más recordar… ‘¿qué quiere, dicen los abogados, que le lea el artículo?’. México es un país independiente, soberano”.
Le mencionan el freno de las inversiones. “No pasa absolutamente nada… ¿qué, ya se olvidó que, en este sexenio desplazamos a China y a Canadá y somos el principal socio comercial de Estados Unidos? ¿Ustedes creen que la opinión de un grupo de personas, va a detener el desarrollo, el crecimiento, la necesidad de fortalecer América del Norte como una potencia económica-comercial?”.
Del diálogo con Gustavo Petro sobre Venezuela. “No hubo la plática” Y habla de Colombia. La reportera Noemí Gutiérrez, intenta regresar el tema a Venezuela: “¿México va a reconocer el triunfo de Maduro?”. Responde el mandatario, intimidante: “Ahí está la pregunta… ¿de qué periódico eres tú? Te pregunto yo también”. “De el Heraldo de México”, dice ella. Respuesta final: “Sin comentarios. Vámonos a desayunar”. Arepas, no.
