Por José Jaime Ruiz
Esclavizados a los intereses del gerente de la oligarquía, Claudio X. González, y a la defensora de la delincuencia de cuello blanco y de la delincuencia organizada, Norma Piña y su Cártel de la Toga, los 43 senadores del bloque opositor son exhibidos en las redes sociales y en los medios de manipulación, también fueron amenazados, si apoyan la reforma judicial, con lincharlos: o cooperan o cuello.
Claudio X. González llamó delincuentes a los maestros que estaban en paro y bloqueaban avenidas. Hoy Norma Piña y sus secuaces bloquean avenidas y los recintos legislativos. Claudio X. y Norma Piña actúan, según el sintagma del gerente oligárquico, como unos “pinches delincuentes”. No sólo eso, azuzan a sus seguidores a la violencia verbal con sus discursos de odio, y hasta a la violencia física. Norma y Claudio X. se disponen a incendiar el Senado, vandalizar la democracia, reventar el voto ciudadano.
La oposición denuncia, sin pruebas, que Morena los presiona y pretende comprar su voto senatorial. El dictadorzuelo del PRI, Alejandro Moreno, habla de compras millonarias, su historia de corrupción lo condena. El león cree que todo son de su condición, el panista Marko Cortés “exige” al gobierno federal que deje de intentar sobornarlos, el mismo Marko que se repartió Coahuila con el PRI y, al o cumplirle, los sobornó haciendo público el nefasto acuerdo.
Las presiones vienen de otro lado, de Claudio X., de Norma Piña, quien salió de la ratonera a sudar un poco por el rumbo de San Lázaro, y de los medios de manipulación corporativa. Otro logro de la 4T: la vida pública cada vez se vuelve más pública, se trata de definirse, de ser coherente y congruente con la historia personal de cada protagonista.
Las presiones se convierten en amenazas. Una senadora panista, quien juró respetar y hacer respetar la ley, provoca la violencia y el linchamiento incitando a la sedición, al motín y propone pasar de la violencia verbal a la violencia física. En palabras de María de Jesús Díaz Marmolejo: “Es como para que al güey que vote en contra lo linchen al pendejo. Es en serio. Así como es y así como soy yo de mal hablada, que lo agarren a chingadazos y que le den con todo al güey que no vote en contra de esta reforma”. Traducción simultánea: o cooperas o cuello.
La oposición pide posponer la votación de la reforma en el Senado, pero no dan ninguna razón válida. Sea como sea el resultado, la Suprema Corte, en diciembre, pertenecerá al Segundo Piso de la Cuarta Transformación. Aquí no hay compás de espera. Es tiempo de definiciones porque o se está con el pueblo o se está en contra del pueblo. Este arroz, para documentar el optimismo ciudadano, ya se coció.
