Por José Jaime Ruiz
Decreto único sin transitorio que entra en vigor al momento de su aprobación: “Hágase la ley”. Envíese al Pueblo de Nuevo León para su publicación en el Periódico Oficial del Estado. Dado en el Salón de Sesiones del H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Nuevo León, en Monterrey, su Capital, con fecha 17 de septiembre de dos mil veinticuatro.
Por obra y desgracia del PRIAN, el Poder Legislativo se encuentra tullido, lisiado, atrofiado, entumecido, sobre todo, impedido para actuar. Profesionales de la maquinación, los legisladores del PRIAN convierten las urnas en chisteras y engañan con gazapos, pero malos por conocidos, apenas despistan a pocos. La diputada del Partido del Trabajo, Lupita Rodríguez, da en el clavo con sus claves que abrirían la puerta de la legalidad y de la legitimidad al votar de nuevo la mesa directiva del Congreso.
Primera clave: la directiva se instaló el 31 de agosto, inmediatamente después de la toma de protesta de los diputados y antes de la conformación de los grupos legislativos. Lo anterior en contravención de los artículos 33, 34 y 35 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo y de los artículos 4, 9 y 10 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso.
Segunda clave: los grupos legislativos se constituyen hasta la segunda sesión, no el día de la toma de protesta, lo cual violenta los artículos 40, 41, 42 y 43 de la Ley Orgánica.
Tercera clave: durante el primer año de ejercicio constitucional debe ocupar la presidencia de la directiva un integrante del grupo legislativo que sea la primera minoría. De acuerdo con la sentencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la bancada de Movimiento Ciudadano es la primera minoría.
Cuarta clave: los actos de la directiva ejecutados en contra de la ley serán nulos de pleno derecho, por lo cual todos los acuerdos estarían afectados, según el Artículo 59 de la Ley Orgánica.
Obvio, el PRIAN se resiste a firmar el acuerdo por la legalidad signado por Morena, MC, PT y Partido Verde. La elección de la mesa directiva de la actual legislatura fue fraudulenta, urna como chistera. Un método tramposo que se manifestó en patrón. Existen videos de cómo se realizó la trampa. Y el patrón de votación que le dio la presidencia a la priista Lorena de la Garza se repitió en la farsa de insaculación para darle la Fiscalía a Pedro Arce (que ya fue legalmente revocada, aunque siga como encargado de despacho) y como miembro de la Judicatura a Álvaro Ibarra, todos ellos medinistas al servicio de Francisco Cienfuegos y de Adrián de la Garza.
¿Por qué los miembros del PRIAN no firmaron el “Pacto por la Legalidad” suscrito por los legisladores de Movimiento Ciudadano, Morena, PVEM y PT? Porque no pueden. Paco Cienfuegos y el diputado Carlos de la Fuente prefieren imponer el Modelo Coahuila en Nuevo León porque ven los puestos públicos como botín. Ya lanzaron el anzuelo a la morenista Anylú Bendición Hernández para, más acá de la democracia y la legalidad, participe en el pillaje de la estructura del Congreso ofreciendo la Cocri y la vicepresidencia de la mesa directiva.
Para el presidente Andrés Manuel López Obrador el reparto de candidaturas y cargos en Coahuila entre los partidos de la coalición Fuerza y Corazón por México, propalado por Marko Cortés, fue un “pacto mafioso”: “Eso no tiene nada que ver con política, es un acuerdo mafioso para repartirse un botín. Cuando se reparte mal el botín, hay motín… Es una prueba documental importantísima, es algo histórico que tenemos que conocer todos para que no se repita”. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, también condenó el Modelo Coahuila que el PRIAN quiere imponer a Morena en Nuevo León: “Lo que muestran justamente es eso que el pueblo de México no quiere que regrese, esos acuerdos cupulares, esos acuerdos que están por encima del pueblo, esos acuerdos están vinculados con negocios, con puestos de poder”.
Los miembros de la nueva legislatura, este 17 de septiembre, sin chistera como urna de por medio, pueden votar por la integración de la mesa directiva. Un voto público, sonoro, que evite las trampas del PRIAN y que dé certidumbre, legalidad y legitimidad al Congreso.
