En la vida literaria de David Toscana (Monterrey, 1961) las cantinas siempre han sido importantes. De hecho, hace 27 años el escritor lanzó Historias del Lontananza, con cuentos inspirados en una, pero el libro estaba agotado desde hace tiempo y era casi imposible de conseguir; informa MILENIO.
Ediciones Era y Fondo Editorial de Nuevo León acaban de reeditarlo bajo el título de Lontananza, que muestra el gusto del escritor regiomontano para contar historias alrededor de una mesa, con los parroquianos y el cantinero Odilón en medio de cubas y cervezas.
En entrevista con MILENIO, Toscana revela que antes de escribirlo nunca había estado en Lontananza, un viejo refugio de borrachos en Monterrey, porque en aquellos años no bebía una copa de alcohol, sin embargo aceptó el reto de escribir sobre el tema.
¿Cómo que nunca estuviste en esa cantina?
Es que el libro salió cuando yo no bebía. De hecho, nació por un reto que me hicieron, alguien dijo: ‘como tú no bebes, tú no podrías escribir un libro de cantinas’. Y yo dije: “Sí puedo, hay gente que no ha ido a Marte y escribe historias de marcianos, hay gente que no vivió en el siglo XIX y escribió novela histórica, claro que puedo escribir una novela de cantinas’.
¿Y salieron los cuentos?
Creo que el reto comenzó con un cuento, pero me gustó la idea y lo fui encadenando hasta que sumaron nueve o 10 que de algún modo también tiene cierto espíritu novelesco, porque es un libro donde el todo es más que la suma de las partes.
En Lontananza hablan de ti, pero no estuviste con los parroquianos, ¿me engañaron?
Te engañaron (risas). Pero aunque yo no bebía, claro que llegué a visitar una cantina, no necesariamente esa. En Nuevo León hay varias Lontananza y por eso en los cuentos, a veces, parece (que los protagonistas) que están en una ciudad y de pronto en un pueblo, y es un poco nebuloso lo que está afuera de la cantina.
El único truco para darle continuidad a los cuentos es el cantinero que siempre está ahí, hasta que al final no aparece y se especula que murió.
En el libro se lee: “Los parroquianos que ocupan las mesas del Lontananza son hombres doblados por la cotidianidad, que tal vez lo han perdido todo, excepto el impulso de soñar con ser los protagonistas de su existencia: el desempleado que quiere ser el centro de atención en la cantina; el amante despechado; el poeta sin imaginación en busca de historias ajenas; el empresario en quiebra con nuevas ocurrencias para salir a flote; el que está seguro de sacarse la lotería; el nostálgico que vuelve a su pueblo en busca de quién fue y, detrás de la barra, el cantinero Odilón, testigo de todos y a la vez personaje principal de su propia decadencia”.
Fuera de la realidad
Las cantinas persiguieron a David Toscana, en su aclamada novela El peso de vivir en la tierra (ganadora de los premios Mazatlán, Bienal de Novela Mario Vargas y Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco) una parte central sucede, sí en una de ellas.
¿Por qué son importantes las cantinas en tus historias?
Siempre he necesitado que los personajes estén un poquito fuera de la realidad y el alcohol, a veces, te permite esta posibilidad, de andar en el mundo de la imaginación, de ser un poco más infantil y de justificar a los personajes hasta cierto punto. Pero también me parece que es el lugar ideal para reunirse a conversar.
Buena parte de la literatura, del pensamiento, de la filosofía del siglo XIX a XX se realizaba los cafés, se tomaba café, también vino, cerveza, lo que fuera, el asunto era reunirse a conversar. Todavía idealizo este mundo que ahora está muy maltratado porque hay música, televisión y una serie de elementos que están conspirando contra la conversación.
Entonces, en mis cantinas se suele permitir la conversación, a veces alguien pone algo en la sinfonola, a veces entra un grupo con un acordeón, pero en general se puede conversar y son las cantinas que me gustan.
David Toscana estará a cargo del discurso inaugural de la Feria Internacional del Libro Monterrey 2024 este 28 de septiembre, en Cintermex. También participará en Diálogos del norte: comunidad de historia junto a la escritora y premio Pulitzer Cristina Rivera Garza. En el mismo marco, el 30 de septiembre presentará Lontananza a las 17:00 horas. El encuentro literario culminará el 6 de octubre.
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