La carrera de un futbolista es una de las más efímeras, también, una de las que más gratitud ofrece cuando las cosas dentro del terreno de juego se hacen bien y la noche del miércoles en la casa de Chivas hubo dos ejemplos: Andrés Guardado y Javier Hernández; publica MILENIO.
Ya no son los mismos que hace 20 años cuando sus carreras iniciaban, una vida de goles, títulos, aplausos y logros han pasado, en especial en Europa, donde consolidaron su trayectoria y fueron parte de una generación dorada en el futbol mexicano.
¿Cómo se llegaron al partido entre Chivas y León?
Quizás en otros tiempos todas las miradas hubieran estado sobre ellos, hoy, viven un rol diferente, Guardado como capitán y mariscal de un León que sufre en el campeonato, mientras que Chicharito sabe que es momento de pasar la estafeta.
Chicharito volvió de una lesión, entrando de cambio por un joven Armando González que ha tomado la responsabilidad de gol en un Rebaño que buscó sacudirse la presión de caer en el Clásico Nacional del pasado sábado.
Las piernas pesan a medida que los años transcurren y es la razón por la que difícilmente se iba a observar a alguno de los dos estar en el campo 90 minutos, pero la memoria colectiva, no olvida.
Chicharito, al entrar en la segunda mitad, fue recibido como el ídolo rojiblanco como el que siempre soñó volver cuando partió al viejo continente, a nadie le importó el tiempo fuera debido a los problemas musculares o su productividad frente al marco.
Guardado, con un más que evidente pasado atlista, fue abucheado al salir de cambio, pero no hay duda que más de uno de los que vistió de rojiblanco, celebró o gritó algún gol del “Principito” en Mundiales, Copas Oro o su trayectoria con la camiseta Tricolor.
Javier y Andrés son leyendas del futbol mexicano que ven como el retiro coquetea con ellos a medida que pasan los días, amados u odiados, sin importar los colores que defienden, tienen un lugar asegurado en el Olimpo del balompié azteca el día que decidan colgar los botines.
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