Por Félix Cortés Camarillo
Cuando tenía dinero me decían Don Nicolás/ hoy que no tengo nada me dicen Colás nomás.
Lo mucho que te quiero y el mal pago que me das.
El joven y de ocasión enfermizo senador de la República Miguel Ángel Yunes Márquez, acudió a la casa de transición de la presidente electa de México a cobrar sus monedas. Dicen que no le dieron nada. El de la izquierda de la foto, el otro López, fue el orquestador de esta “visita de cortesía” del senador traidor porque “quería conocer a la presidenta”. Ésta última ratificó la mentira y dijo que solamente hablaron de la reforma al sistema judicial mexicano, que se modificó gracias al voto del veracruzano ilustre y que -según Claudia- está convencido de sus virtudes.
Nomás por curiosidad me puse a buscar cómo murió el Iscariote. En cierta forma coinciden en que por remordimiento colgó su pescuezo de un árbol. Previamente habría lanzado en el templo las monedas que le dieron por la traición, según un evangelio. Según el otro, con ese dinero compró un terreno en el que procedió a ahorcarse. Por una u otra causa, el predio se llama de sangre. En la Biblia, Hechos de los Apóstoles dice “éste pues adquirió un campo del salario de su iniquidad, y cayendo de cabeza, reventó por medio y todas sus entrañas se desparramaron”. Para coinciliar todas las versiones, los exégetas afirman que Judas se ahorcó y que su cuerpo putrefacto cayó y se hizo festín de carroñeros.
¿En qué estabamos?
Sobre la probable inclusión del docto Yunes Márquez al gabinete de la señora Sheinbaum, ella dijo que no se habló del tema, ni lo de la incorporación de tan valioso político a Morena. Eso es cosa de ellos, dicen que dijo.
Dicen los que saben que suelen afirmar que primero cae un hablador que una presidente electa. Es tan corto el amor y es tan largo el olvido, dice mi inolvidable Pablo, el Neruda chileno.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): El primer nombramiento del gabinete de la señora Sheinbaum que pudimos conocer de su boca fue la ratificación del hasta hoy secretario de Hacienda y Crédito Público, don Rogelio Ramírez de la O, tercero de los titulares de ese puesto en el cuatrote.
El hecho se dio, indubitablemente, por las tensiones y dudas sobre la estabilidad económica de nuestro país que el chivo en cristalería que esperamos se vaya a su rancho el primer de octubre ha venido provocando con eficacia en los seis años recientes.
Hoy se sabe que la primera baja del reluciente gabinete que tomará posesión con la primer mujer presidente de México será precisamente el señor Ramrez de la O. Trascendió que sus observaciones directas paraa solucionar la tremebunda crisis de PEMEX, amén de otras ideas para solucionar la crisis de deuda que Claudia hereda, no han sido tomados en cuenta. Mucho menos, su petición de sacar de la nómina de la secretaría de Hacienda a recomendados de los hijos de Lopitos, el gran Tlatoani.
En la filosofía operativa del kleenex, la renuncia que supuestamente el señor ministro Ramírez de la O presentará, le será aceptada sin remilgos: estamos hablando de la filosofía de la política mexicana, la ideología Kleenex, como los pañuelos de papel que son la base de la fortuna de don Claudio X. González padre: don Rogelio de la O ya fue usado. Lo que sigue es tirarlo.