Al caminar por las calles de Santa Clara del Cobre es inevitable ver el mineral transformado en aretes, pulseras, jarrones, lámparas y, por supuesto, en los tradicionales casos en los que se preparan las carnitas; reporta MILENIO.
Las escenas sustentan el prestigio que tiene Michoacán como una de las entidades donde se crean artesanías que nos distinguen a nivel mundial; el estado también es cuna de las guitarras en Paracho, las esferas en Tlalpujahua y las catrinas de barro de Capula.
“No tenemos una mina de cobre para la creación de todos los artículos que hacemos en Santa Clara, trabajamos con el mineral reciclado del cableado que nos llega de todo el país, lo que hace nuestra labor cien por ciento sustentable”, explica a MILENIO, María Dayana Pérez Mendoza, presidenta municipal de Salvador Escobedo, municipio al que pertenece el pueblo mágico.
En el Museo del cobre, situado en la calle principal, donde se puede apreciar una diversidad de productos de cobre, así como textos que explican el origen de las artesanías y las técnicas de trabajo, Villicaña —quien apenas tiene unos días de haber tomado su mandato— comparte que uno de sus objetivos es proyectar todo el trabajo que se hace en su tierra, a través de “la creación de una marca”.
Aunque el arte en cobre de Santa Clara ya alcanza reconocimiento internacional, los hermanos Punzo Chávez, Carlos y Abdón, son herederos y también creadores de ese prestigio.
“Más que un trabajo es una pasión que traemos de herencia; somos la cuarta generación, mi abuelo hacía casos y mi papá empezó a innovar; nosotros fuimos aprendiendo y tratando de desafiar la técnica de hacer cosas nuevas”, dice Carlos, quien en un salón de su taller-galería, El arte del cobre, está rodeado de las obras que crea con su hermano y su equipo de trabajo.
Orgulloso destaca que tanto en su taller, como en todo el Pueblo Mágico, “seguimos trabajando con la técnica tradicional que es el martillado”.
Procesos artesanales
Vasijas, jarrones y ollas son algunas de las piezas que se aprecian en el taller, donde se alcanza a escuchar el ruido del martillado de los artesanos que, a unos metros, están creando nuevas obras, tras haber sido fundido el mineral a grandes temperaturas.
“Cada una de las piezas tiene diferentes procesos de trabajo y técnicas, porque el cobre se puede trabajar con la técnica del repujado, el macizo, cincelado, el plateado. Incluso podemos trabajar incrustando plata”, dice el artesano, al tiempo que muestra una de las obras que tiene tan especial trabajo.
De acuerdo con la técnica es el tiempo de elaboración y el costo de las piezas que hay en el taller, los cuales van desde 4 mil pesos hasta 200 mil pesos.
“Algunas son muy complicadas de hacer; hemos ganado varios concursos nacionales, que nos han dado gran proyección”, dice Carlos.
Tanto él, como su hermano Abdon, tienen especial cariño por una de sus más recientes obras, Mi gallo, que les mereció el Premio Grandes Maestros, y les representa un sentimiento muy especial por su padre.
“Estábamos en el proceso de la elaboración de la pieza cuando nos llegó el covid y nos enfermamos con mi papá; se paró todo. Pero mi hermano seguía trabajando y le mostrábamos la pieza a mi papá para que le echara ganas, para que se animará, pero no lo logró: murió. Cuando terminamos la pieza decidimos participar en el concurso. Ganamos el premio, pero nos representa sentimientos encontrados por la muerte de mi papá, y por otro lado porque es otro premio que sustenta la calidad del legado que hemos heredado”, comparte Abdon, mientras Carlos nos guía hacia el área de trabajo.
Ahí, los artesanos siguen martillando y dando forma a las obras, mientras una placa de cobre se calienta, antes de que Carlos y Abdon tomen el martillo y empiecen a golpear para mostrar cómo se inicia el proceso de cada una de sus creaciones que a veces se extiende por ocho o nueve meses, y en el que destaca “la creación del cuello de la obra” que dice es uno de los más complicados.
Carlos comenta que el trabajo del cobre se ha diversificado por lo que en Santa Clara hay varias propuestas; no solo ellos hacen arte con el mineral.
“Hay otros talleres que se dedican a hacer las cosas para la cocina, tinas de baño, tarjas; la técnica del cobre martillado es extensa, y hay para todos los clientes; eso sí, aquí todos los talleres usamos la técnica tradicional del martillado”.
Como parte del recorrido por su taller, el artesano asegura que eso de que los utensilios de cobre se echan a perder es falso: “Son mitos, nosotros usamos los casos para hacer las carnitas y los alambiques para hacer el mezcal; duran toda la vida”.
Roberto Monroy García, Secretario de Turismo, precisa que las artesanías de Santa Clara del Cobre ya están protegidas.
“Acabamos de lograr que las artesanías de cobre martillado tengan denominación de origen, de tal forma que están protegidas contra la piratería”.
El arte en cobre se suma “a todas las artesanías que tenemos en el estado y que nos distinguen a nivel internacional. Apenas el año pasado vino Alejandro Sanz a Morelia y quería una guitarra. Y tuvimos suerte de que un artesano de Paracho tuviera una que le gustó mucho y se la compró”.
Y además
Torta de tostada
La feria en Santa Clara del Cobre se realiza en agosto; como parte de las atracciones del Pueblo Mágico mientras se pasea por la localidad se disfruta de uno de los platillos clásicos que se sirve en la localidad: la torta de tostada.
El platillo lleva frijol, queso de puerco, jitomate, cebolla, chile perón, repollo, carne apache y salsa; se calienta al carbón y ya que está caliente lleva la tostada en medio.
Imagen portada: Especial / MILENIO