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José Donoso: cartas de ida y vuelta

La vida y obra de José Donoso han sido objeto de escrutinio desde la apertura de sus diarios en la Universidad de Princeton en 2008, quince años después de su muerte. Parte de ellos fueron comentados en una suerte de textos autobiográficos por su hija adoptiva Pilar Donoso en Correr el tupido velo (2009), quien dos años más tarde se quitaría la vida. El libro incluye también fragmentos de diarios de su madre y se revelan la homosexualidad velada del padre, el alcoholismo de la madre y la convivencia autodestructiva entre los tres, pero al mismo tiempo el apoyo irrestricto que María del Pilar Serrano le brindó a Donoso para que pudiera dedicarse por completo a escribir, con los momentos de angustia que esto provocaba en el seno familiar; publica MILENIO.

Recientemente, Cecilia García-Huidobro ha compilado dos volúmenes con una selección de sus Diarios tempranos (2016) y Diarios centrales (2024), publicados por la Universidad Diego Portales (UDP). Pero la gran novedad es el libro Correspondencia, con cartas inéditas entre Donoso y Carlos Fuentes, dando cuenta de una relación que inicia en 1962 y continúa hasta la muerte del chileno en 1996. Alfaguara publicó hace unas semanas en Chile el volumen de 364 páginas (disponible en México) editado también por García-Huidobro junto a Augusto Wong.

Con los autores del boom, Donoso se escribía, visitaba y encontraba en actos culturales. Con ellos tenía una relación de amor y odio, porque una de las características de Donoso, además de su talento, era la propensión a la envidia. Uno de los escritores que frecuentó su taller literario en Chile cuenta que, en la visita de García Márquez a este país en 1990, Donoso había organizado un ágape en su casa, pero el mismo día se fue a esconder al fundo de un amigo y todo se tuvo que cancelar.

Este año, la UDP publicó Diarios centrales. A Season in Hell. 1966-1980, volumen editado por Cecilia García-Huidobro. Los diarios comienzan con Donoso viviendo en Estados Unidos, donde trabajó enseñando en el prestigioso programa de literatura creativa de la Universidad de Iowa. La mayor parte corresponde a su vida en España (Mallorca, Barcelona, Calaceite y Madrid). En sus páginas critica a Mario Vargas Llosa por su rol en el boom: “No me gusta. Su pretendido oficialismo, embajador del boom ante el boom, su falta total de imaginación, su total falta de libertad”.

Cecilia García-Huidobro trabajó junto a Donoso en la edición del libro Artículos de incierta necesidad (Alfaguara, 1998), una recopilación de sus publicaciones periodísticas. El próximo proyecto de la editora es publicar la tercera colección de diarios del autor, desde 1980 hasta la última etapa de su vida.

Donoso se carteó con grandes escritores de su época: Reinaldo Arenas, César Aira, Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. Sin embargo, su relación con este último fue muy cercana, como lo evidencian las cartas recientemente publicadas. Se vieron poco, pero se consideraban grandes amigos. Donoso le asignó a su colega mexicano un rol muy importante en su libro Historia personal del boom. Se conocieron en The Grange School, establecimiento para hijos de familias de clase acomodada en Santiago. Volvieron a encontrarse en Chile, en enero de 1962, en el Encuentro de Escritores de Concepción. De ahí en adelante establecerían una amistad que deja en evidencia la correspondencia publicada por Alfaguara, en la que se da cuenta de 33 años de misivas que hasta ahora se mantenían inéditas. Fuentes lo recomienda con traductores y editoriales y a la vez se desahoga del devenir de México. Así, en noviembre del álgido 1968, le escribe desde París:

México es la infierna y el miedo. Hay un editorial cada día llamándome deturpador de la nación, traidor a la patria y miserable expatriado. Rita [Macedo] dice que ya no puede salir de la casa por miedo a los insultos en plena calle. Hay un clima de delación, terrorismo, cacería de brujas, encabezado por la Garro y la Paz. Elena Garro me denunció ante la Procuraduría por “instigar a la rebelión”. De paso, denunció a Cuevas, Leonora Carrington, la Chayo Castellanos, Villoro, Zea, Flores Olea —sigue y suma quinientos nombres más—. La renuncia de Octavio fue una bomba. Su hija le dirigió una carta abierta, denunciándolo y acusándolo de haber enseñado el amor a la historia dialéctica en vez del amor a Dios.

La nota de los editores contextualiza que, tras la masacre de Tlatelolco, en octubre de 1968, Elena Garro y la hija de ambos, Helena Paz Garro, publicaron en la prensa acusaciones contra Fuentes, Paz y otros intelectuales, responsabilizándolos de lo sucedido.

El resbaladizo Buñuel

En el centenario número 100 del novelista chileno, la Universidad Diego Portales ha organizado una serie de actividades entre el 8 y 9 de octubre. Charlas, una exposición, un panel de conversaciones y la inauguración de una placa cercana al edificio que fuera la casa de infancia de Donoso, en Barrio República, Avenida Ejército 661, que aloja al Hogar Santa Ana de la Fundación Las Rosas, residencia para personas mayores en situación de vulnerabilidad, como si se tratara de la continuación de su novela El obsceno pájaro de la noche, que lo consagró como autor del boom. Uno de sus pasajes se ambienta en un caserón derruido que alberga a personas dedicadas al servicio doméstico que, finalizado su periodo útil, no tienen adónde ir. La vejez era una de las obsesiones de José Donoso, así como las relaciones del servicio doméstico fundadas en la desigualdad social.

Durante 45 años el autor de Casa de campo llevó diarios íntimos en los que desplegó sus obsesiones: los libros en que trabajaba, sus problemas afectivos, familiares y financieros. La biblioteca Firestone de la Universidad de Princeton posee 29 de esos cuadernos, junto a la mayor colección de manuscritos de autores latinoamericanos en Estados Unidos. Donoso fue el primer autor en integrar la colección del archivo de literatura latinoamericana contemporánea, antes que García Márquez, Fuentes y Vargas Llosa.

El año 2008 llegué a la Biblioteca Firestone para revisar diarios y correspondencia. Fue un trabajo apasionante encontrarse con algunos de los cuadernos en los que Donoso escribió. Los diarios están plagados de asuntos familiares comprometedores y disparos contra el ambiente literario chileno y latinoamericano. Sin embargo, quienes lo conocieron en persona recuerdan a un Donoso discreto y hasta tímido. En sus anotaciones de 1968 deja de manifiesto el proceso de escritura, angustiante y a ratos hasta desquiciado, de El obsceno pájaro de la noche. Siente que está dando en el clavo y que su originalidad radica en la creación de un mundo totalmente suyo, más original incluso que el de Fuentes y García Márquez.

En 1970, apenas publicado El pájaro —como él lo llamaba—, recibió correspondencia de sus pares con alabanzas. Vargas Llosa escribe que le parece deslumbrante lo demoniaco, habla de furor estilístico, de una pesadilla magistralmente organizada. Buñuel, quien estaba interesado en llevar al cine alguna de sus novelas, lo califica de una obra maestra. Así le escribe Donoso a Fuentes desde Vallvidrera, en diciembre de ese año. Acaba de enviarle como primicia su obra cumbre:

Cuando lo leas, y que sea pronto, please, escríbeme larga carta contándome qué te parece. No escribas nada sobre el libro aún. Solo tú lo tienes, y quiero que cuando ya esté en librerías en México sí escribas algo importante en los periódicos o revistas de allá, y me digas a quiénes se puede presionar para que hablen del libro, lo comenten y hagan sonar trompetas: estoy decidido a, ya que me ha ido tan conchudamente mal en todo lo demás, que el libro sea un success de ventas, aunque es un libro asqueroso. [… ]

Otra cosa: Buñuel. Punto MUY importante. Hace dos meses recibí llamada telefónica de Madrid de los productores de Tristana, messieurs Época Films, diciendo que tanto ellos como Buñuel estaban empeñados en hacer cine El lugar sin límites. Que fuera inmediatamente a Madrid: te imaginarás que volé. Conversación con el viejo. Tú sabes lo slippery que es. El hecho es que está entusiasmado, con el film todo en la cabeza, yo muerto de esperanza, él con cast y todo, amabilísimo, y dice bien: lo hago si lo aprueba la censura. Transcurrieron tres semanas de horrible espera, y la censura por fin dijo que no. Joder. ¿Qué posibilidades habría, crees tú, de entusiasmarlo para que lo haga en México? Es demasiado tiempo que está jugando con la idea, demasiadas vueltas que le da, demasiado lo que se ha hablado. Te delego a ti para que, cuando el viejo regrese a México en enero, tú lo palabrees.

De la misiva se desprende la confianza que tenían como para encargarse misiones de este tipo frente al “resbaladizo” Luis Buñuel, sobre todo Donoso en Fuentes, quien siempre lo estaba estimulando y recomendando. Tenía esperanzas en que Buñuel pudiera filmar El obsceno pájaro, pero todo quedó en nada.

Teatro y cine

Tras vivir varios años en España y saltarse los primeros años de la dictadura de Pinochet, Donoso regresa a Chile en 1980. Su presencia contribuyó a reconfigurar el disperso mapa literario. La experiencia adquirida entre 1965 y 1967, cuando dio clases en el taller de escritores de Iowa, le permitió aceptar un nuevo desafío. La Academia de Humanismo Cristiano le pagó para que diera un taller, que ofrecería por años en su propia casa. De ahí surgirá el núcleo de lo que en la década siguiente se conocerá como la nueva narrativa chilena.

Además de las obras de teatro basadas en sus libros, las más conocidas Este Domingo y Coronación, ambas llevadas a escena por la compañía de teatro chilena Ictus, con la que colaboró, algunas de sus novelas se llevaron al cine. De todas ellas quizá la más célebre sea El lugar sin límites (1978), dirigida por Arturo Ripstein. La película narra la historia de un burdel en un pueblo rural donde confluyen deseos reprimidos, poder y violencia. Es considerada una obra maestra del cine latinoamericano y explora la sexualidad y la marginalidad.

Coronación, primera novela de José Donoso publicada en 1957 en la que aborda la decadencia de la clase alta chilena, tiene dos versiones cinematográficas. La primera (1975) fue dirigida por el mexicano Sergio Olhovich. Así se la describe a Carlos Fuentes desde New Hampshire el 5 de julio:

How right you were! Acabo de ver los primeros stills de Coronación y realmente el alma se me ha sido a los pies. Ernestito Alonso, con el pelo batido, con plateadas canas, caminando por el Paseo de la Reforma vestido de caballero del tiempo de don Porfirio… realmente deprimente. Y no sé de dónde han sacado una escena en que chicas vestidas con lo que parece el guardarropa de la comparsa para la representación de Manon en un teatro de provincias, bailan un minué… No sé qué tiene que ver todo esto con Coronación. Paciencia.

Posteriormente, Silvio Caiozzi, su amigo entrañable, realizaría su propia versión de Coronación, estrenada en 2000. Con él, Donoso se había iniciado en el cine escribiendo el guion de La luna en el espejo (1990). Caiozzi dirigió también Cachimba en 2004, comedia póstuma basada en la novela menos conocida de Donoso (Taratuta. Naturaleza muerta con cachimba) sobre el descubrimiento de unos cuadros olvidados que revelan a un genial pintor ignorado. Entre los múltiples proyectos audiovisuales que no prosperaron, figuran una telenovela para Televisa que no logró concretar.

Al cumplirse el centenario de José Donoso, México no escapa a las celebraciones. En la Filmoteca de la UNAM se programará un ciclo dedicado a su filmografía, con funciones de El lugar sin límites de Arturo Ripstein y Coronación de Silvio Caiozzi.

Imagen portada: MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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