Por José Jaime Ruiz
La política de provocación no le ha funcionado al Cártel de la Toga. Llegan tarde, hemos pasado de un poder constituyente (2 de junio) a un poder constituido (toma de protesta de Claudia y aprobación de la reforma judicial). No hay margen de maniobra sino ejercer dizque jurídicamente como un poder destituyente, lo cual es constitucionalmente imposible. Es innecesario hacerles, desde el Legislativo, algún juicio político, perdieron la arena y su agenda setting es inviable, por tanto, inoperante.