La demanda por fármacos originalmente creados para pacientes con diabetes desató un ‘boom’ que comienzan a escasear. ¿Son realmente un apoyo contra el sobrepeso?
Por José Ramón Huerta
Gabi Dávila recibió una primera toma de Ozempic en una clínica estética de San Diego, necesitaba bajar 10 libras (casi 5 kilos). Ella no es diabética, sólo vanidosa. Su médico le advirtió de la enorme lista de espera para recibir el fármaco en Estados Unidos, de la restricción para recetarlo y de paisanos y gringos que bajan a Tijuana para conseguirlo; informó MILENIO.
Tan popular que Oprah Winfrey, Amy Schumer, Kim Kardashian o Whoopi Goldberg son algunas celebridades que han confesado usar fármacos que regulan la salud metabólica. “Esta ‘madre’ sí funciona”, revela Gabi a DOMINGA tres semanas después, “no me quitó el hambre, bajé 3.4 libras y ya me entran unos jeans talla 23”.
Ozempic era un fármaco para diabéticos
Este medicamento –fabricado por la danesa Novo Nordisk– se creó para combatir la diabetes mellitus o tipo 2, que sobreviene cuando el páncreas no produce insulina suficiente para regular el azúcar en la sangre. Pero ¡oh sorpresa!, la semaglutida, un ingrediente activo en Ozempic y otros similares, como Wegoby, que imita a una hormona natural, tiene un efecto colateral: actúa sobre el metabolismo del paciente que pierde peso. Eso desató un gran deseo entre la gente que solo quiere verse más delgada.
Ningún fármaco debería quitarte el hambre
Una nutricionista le recetó Ozempic a Elena Marroquín en 2021 y ella lo tomó durante un mes. Todo iba bien –comía poco, bajó de peso– pero la comida le empezó a dar asquito. “Si olía a pollo frito, me vomitaba”, recuerda. Dejó el tratamiento por eso y porque la dosis salía en unos 2 mil 500 pesos. “Hoy, con la escasez, unas farmacias en Monterrey te dan tarjetas de fidelidad y surten según tu consumo”, revela, pero acota: “Esto es para gente con diabetes, ningún medicamento debería quitarte el hambre”.
Víctimas de su propio éxito
Ya hay versiones piratas de Ozempic que se distribuyen en algunas redes sociales, sin receta médica y en clínicas de dudosa ética. Según The New York Times el uso incorrecto de la semaglutida en estas copias despierta preocupación en Estados Unidos, Austria y otros países, donde las plumas inyectables han llegado a contener insulina en vez del ingrediente activo. Suele suceder que, cuando algo es exitoso, los piratas entran en acción.
Llévenselo con calma, dicen los doctores
Ella es médica bariatra de Coahuila –estado con primer lugar en obesidad en México– y tiene clientes en todo el país. Génesis Casas reconoce que fármacos como Ozempic robustecen el arsenal para ayudar a pacientes con enfermedades metabólicas y contribuye a tratar la obesidad, pero señala que quienes tienen una glucosa normal en la sangre deberían pensárselo dos veces. “Si hay una sobremedicación, se puede generar una baja de azúcar y síntomas secundarios graves”, advierte. “No hay que abusar de un buen medicamento como éste”.
Eli Lilly también se aplica
Esta farmacéutica estadounidense, según analistas de Morgan Stanley y Bloomberg, se acerca al billón (millón de millones) de dólares en valor de mercado, porque pegó un brinco de más del doble en sólo un año. ¿Qué hizo? Bueno, tiene dos fármacos estrella, Zepbound y su hermano Mounjaro, que actúan como Ozempic pero con otro ingrediente: tirzepatida. Aún no ingresan a México, pero en agosto ya circulaban copias piratas. Hay quien dice que Zepbound podría vender más que ninguno en el mundo.
Ozempic sube como la espuma y se agota
Una fuente anónima de Novo Nordisk confirmó que “Ozempic se encuentra agotado en México, sólo contamos con la versión de 1 mg. y, la verdad, aun con esta presentación ya está a cuentagotas. Wegovy aún no se lanza en México, sino hasta finales del siguiente año”. El problema podría radicar no en la escasez del ingrediente activo (que requiere de red fría para conservarse), sino de las plumas inyectables que se fabrican sobre todo en Dinamarca. Simplemente no están alcanzando; publicó MILENIO.
Imagen portada: MILENIO.
