Las guerras en esas zonas dispararon el interés de los electores en la política exterior del próximo gobierno, junto a temas que tradicionalmente atraen más la atención, como economía, migración y aborto
Cada cuatro años, cuando las encuestadoras miden la opinión pública sobre los asuntos que mueven la intención de voto de los estadunidenses en las elecciones presidenciales, la política exterior tiende a ubicarse en el sótano de las preocupaciones de los electores, a un lado de la justicia racial o el cambio climático; informó MILENIO.
Pero en las elecciones del 5 de noviembre, la guerra entre Rusia y Ucrania, y especialmente el conflicto entre Israel y los palestinos subió por primera vez en décadas a uno de los cinco principales temas de interés de los votantes, junto a otros asuntos decisivos, como la economía, la migración y el aborto.
Una encuesta del Pew Research Center confirma que las elecciones presidenciales de 2024 han roto todos los moldes y ahora tiene a la política exterior en cuarto lugar de los temas más importantes para los votantes, solo por abajo de la economía, la migración y los derechos reproductivos.
El reciente debate vicepresidencial entre el demócrata Tim Walz y el republicano JD Vance abrió con una pregunta sobre política exterior y en el encuentro entre los candidatos Donald Trump y Kamala Harris, tanto la situación en Medio Oriente como la guerra en Ucrania ocuparon amplios espacios.
Las más recientes encuestas muestran que la aspirante demócrata ha mejorado en relación con Biden en la confianza de los votantes para tomar buenas decisiones sobre política exterior. De acuerdo con Pew, 45 por ciento de los votantes confía en Harris.
Sin embargo, a solo tres semanas de las elecciones, Trump mantiene una ventaja sobre la vicepresidenta en su manejo de temas de política exterior, a pesar de nuevas revelaciones sobre su acercamiento a personajes como Vladímir Putin.
En cierta medida, los temas de política exterior más candentes en la recta final hacia las elecciones se han convertido en asuntos domésticos, toda vez que han detonado debates sobre los crecientes gastos de apoyo militar tanto al gobierno de Israel como al de Ucrania.
Al mismo tiempo ha tenido un impacto en los votantes de entre 18 a 29 años, quienes en este ciclo electoral están movilizados en varias ciudades de Estados Unidos en apoyo a la causa palestina.
Michigan, una de las siete entidades clave en el desenlace de las elecciones, alberga la mayor concentración de ciudadanos estadounidenses de origen árabe y de religión musulmana cuyo voto está siendo moldeado por las políticas de los candidatos sobre la situación de Medio Oriente.
A pesar del riesgo electoral, Kamala ha mantenido su respaldo inquebrantable al derecho de Israel a defenderse, aunque también apoya un acuerdo de alto el fuego, la liberación de rehenes y una solución de dos Estados.
En el caso de Donald Trump, su posicionamiento hacia Oriente Medio se ha caracterizado por un respaldo incondicional a Israel y una postura de confrontación hacia Irán, además de que declaró que no estaba interesado en un Estado palestino independiente.
Las diferencias entre Harris y Trump se extienden a la Guerra entre Rusia y Ucrania. La demócrata mantiene su apoyo a Ucrania “durante el tiempo que sea necesario”, mientras que el republicano ha decidido no garantizar más ayuda estadunidense al gobierno de Volodímir Zelensky.
Eso sí, ambos están más cercanos en su postura hacia China por temas de derechos humanos y de desbalance comercial.
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