Por Efrén Vázquez Esquivel
La exclusión del rey de España de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, por no haber contestado la carta de Andrés Manuel López Obrador en la que le solicitó pedir perdón por los atropellos durante la conquista, deja claro por qué el perdón entre naciones y culturas no es una necedad, sino una necesidad para evitar confrontaciones destructivas.
No es este el caso de México y España, no obstante, según muestra la magistral obra de Octavio Paz, El laberinto de la soledad, el lastre histórico de los mexicanos continúa afectando.
Esto es así porque, como se aprecia en la citada obra de Paz, la conquista y la Colonia dejaron profundas huellas en la estructura social y en la identidad del mexicano, que no se borran por el transcurso del tiempo, como creen algunos columnistas que se dedican a hacer mofa del tema del perdón.
Los rostros endurecidos del tiempo nos persiguen, éstos han sido considerados por los expertos como obstáculos que deben franquearse para construir un México más justo, plural e inclusivo, en el que se reconozca el error, se aprenda del error e impere la tolerancia y el perdón.
“Tolerancia –dice Voltaire– es la consecuencia necesaria de constatar nuestra falibilidad humana: errar es humano y algo que hacemos a cada paso. Perdonémonos pues nuestras mutuas insensateces”.
En el año 2000, el papa Juan Pablo II pidió perdón por los crímenes cometidos durante la Santa Inquisición. Reconoció los errores de la Iglesia y expresó arrepentimiento por el daño causado a lo largo de la historia. Lo mismo pudo haber hecho el rey de España, pero le ganó la soberbia,
Hoy, ante la amenaza real de una catástrofe nuclear, quisiera llamar la atención sobre la conveniencia de tomar en serio el tema del perdón, acción que no envilece, sino por el contrario, engrandece, porque para pedir perdón y perdonar se requiere del pensar meditativo-reflexivo.
Al respecto, destacados filósofos y científicos han advertido sobre el peligro inminente de una guerra nuclear, la que solo se puede disuadir por medio del diálogo entre naciones y culturas y el perdón.
