Usuarios de redes sociales denunciaron una «estafa» en la que un niño de alrededor de 10 años parece esperar por ayuda mientras que alrededor suyo yacen gelatinas que intentaba vender esa jornada en la estación Durango del Metrobús de la Ciudad de México; reportó MILENIO.
¿En qué consiste la «estafa» del niño con sus gelatinas?
Al ver al niño con las gelatinas regadas a su alrededor, las personas las recogen mientras le ofrecen billetes de entre 100 y 50 pesos como apoyo a quien perdió su fuente de ingresos de ese día.
Cuando se le pregunta quién se las tiró, el menor de edad se niega a responder y pide que no recojan las gelatinas a la vez guarda discretamente los billetes que la gente le ofrece al compadecerse.
De esta manera, gente que empatiza con este niño termina desembolsando dinero para ayudarlo, aunque posiblemente todo sea una estrategia para explotar la pena que uno puede sentir al verlo.
Los niños no deben ser criminalizados por estas prácticas
En entrevista con MILENIO, Juan Martín Pérez García, coordinador de la organización Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, destaca que aunque estas prácticas son reprobables, la crítica no debe caer en criminalizar a los menores de edad que muchas veces son orillados y obligados a estar en estas situaciones.
«Esto está normalizado y corremos el riesgo de criminalizar más en estos engaños en las personas pobres que en las personas con alto ingresos económicos, por eso es importante no colocar la atención en el niño sino en las prácticas de adultos que los explotan como es el caso», detalló Pérez García.
Aunque las situaciones se prestan a la intervención de la ciudadanía, como es el caso del video de Los Super Cívicos, el coordinador Pérez García insiste en que la mejor manera de actuar es pidiendo apoyo de las autoridades a través de las cámaras de vigilancia del C5 y de los servicios del DIF.
«Recordemos que la mayor parte de zonas de la ciudad tienen cámaras permiten rastrear a las personas que rodeen o acompañen al niño. No hay que detenerlo de ninguna manera.
«Uno se debe apoyar de las cámaras (del C5) para identificar en su entorno quiénes son las personas que posiblemente lo pueden estar presionando».
Una vez que las autoridades identifiquen que efectivamente el niño está siendo presionado a estas prácticas valorarán si éste sufre algún tipo de violencia o abuso que amerite la intervención del Ministerio Público.
Programas sociales, una alternativa para combatir el trabajo infantil
Pérez García afirma que estos ingresos promovidos por el gobierno federal son importantes para combatir las desigualdades que orillan a las personas a estas situaciones, sin embargo, precisa que los programas sociales no deben limitarse a la entrega de dinero, sino a acciones que den continuidad a la mejora de sus condiciones.
«Hay que recordar que estos programas son un derecho social incluso constitucional, pero no puede ser solo la transferencia monetaria.
«Tiene que priorizar estos servicios con los segmentos de población más excluidos y estar vinculado a servicios como escuela, salud y protección frente al trabajo infantil y que no sea separado de su familia.
«En caso que fuera necesario separarlo por su integridad de manera breve y supervisada».
Imagen portada: Raúl Palacios / MILENIO