Durante la década de los 80’s, por los pasillos y aulas de la secundaria 70 de la colonia Romero Rubio en la alcaldía Venustiano Carranza paseó un joven tartamudo y testarudo cuyas ambiciones terminaron por definir uno de los periodos más oscuros de la historia de México: Genaro García Luna; informó MILENIO.
Una reconstrucción de sus primeros años de vida realizada por el periodista Óscar Balderas lo describe como un adolescente irreverente, bravucón y con carencias económicas complicadas de cubrir con el trabajo que sus padres realizaban en una maquila de pantaletas ubicada en la capital mexicana.
Las condiciones socioeconómicas de su colonia o su seno familiar no fueron impedimento para que aquel joven capitalino concluyera sus estudios como ingeniero mecánico en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), no obstante lejos de ejercer su profesión, Genaro García Luna redireccionó su camino a un viejo oficio con el que tuvo acercamiento desde su infancia.
Los inicios del ‘superpolicía’
De acuerdo con información que el periodista Francisco Cruz recopiló y plasmó en su libro El Señor de la Muerte (2020) agentes de investigación solían reclutar niños en distintas colonias del entonces Distrito Federal para que les proporcionaran información relevante y útil sobre lo que acontecía en las calles.
La colonia Romero Rubio, de origen popular y obrero, se había convertido en un punto de interés para las autoridades que comenzaban a identificar la incidencia de todo tipo de delitos. Necesitaban ojos y oídos dentro y fue justo ahí en donde entró el protagonista de esta historia.
Quizá fue aquel primer acercamiento el que motivó a Genaro García Luna a unirse como agente de investigador del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en 1989, un cargo en el que monitoreó la actividad de los grupos guerrilleros activos en México y, posteriormente, la dinámica de bandas de secuestradores.
La astucia que en primera instancia mostró El Ingeniero lo llevó a escalar peldaños dentro de dependencias como la extinta Policía Federal Preventiva (PFP) y la Agencia Federal de Investigación (AFI) de la cual asumió la titularidad una vez que el mismo expresidente, Vicente Fox, ordenó su creación.
Entre reconocimientos, adulaciones y montajes mediáticos, Genaro García Luna llegó a la cúspide de la política mexicana en 2006 cuando Felipe Calderón Hinojosa lo nombró como Secretario de Seguridad Pública Federal. En su momento, aquel nombramiento del ‘superpolicía’ figuró para muchos como un rayo de esperanza para pacificar al país, no pudieron estar más equivocados.
El arquitecto de la ‘Guerra contra el Narco’
Con Genaro García Luna a su lado como estratega y uno de los miembros de mayor responsabilidad de su gabinete, Felipe Calderón instauró como estrategia de seguridad una violenta ‘Guerra contra el Narcotráfico’.
La ofensiva, argumentaron, estaba dirigida para todas aquellas organizaciones criminales dedicadas al trasiego de droga, así como a bandas de secuestradores e incidentes de delitos de alto impacto, ¿qué podía salir mal?
El poder que el entonces líder del Ejecutivo confirió a las Fuerzas Armadas de México para combatir al crimen organizado desataron olas de violencia por cada rincón del país. Enfrentamientos armados fueron el día a día de millones de mexicanos y mexicanas, circunstancia que se tradujo en imparable aumento de homicidios dolosos registrados entre el 2006 y 2012.
«Después de tomar posesión como presidente de la República, Felipe Calderón (2006-2012) lanzó la guerra contra el narcotráfico, y durante su sexenio, aproximadamente 70,000 personas fueron ejecutadas de forma violenta; el número de cárteles del narcotráfico se expandió, y el tráfico de drogas continuó«, expone el artículo The War On Drugs in Mexico: A Lost War (2014)
Delitos como el secuestro y la extorsión también aumentaron durante los seis años en los que Felipe Calderón fue presidente y Genaro García Luna su mano derecha, no obstante, algo que no descuidó el ‘superpolicía’ fue la construcción de su patrimonio.
Una copia de la última declaración patrimonial de Genaro García Luna consultada por el periodista Óscar Balderas en 2023 lo ubica como el dueño de un terreno de 160 metros cuadrados adquirido en 1997 por la cantidad de 450 mil pesos. Un año más tarde, El Ingeniero reportó la adquisición de un local comercial por 215 mil pesos y ya para el año 2000 volvió a comprar una casona con valor de 522 mil pesos.
Aquellos bienes junto una motocicleta Harley Davidson de un valor aproximado de 194 mil pesos cuya obtención incluyó en su declaración patrimonial en 2001, encendieron las alertas sobre posibles gestiones turbias como funcionario público. El destape de su faceta oculta llegó después.
La ‘doble cara’ de Genaro García Luna
Tras concluir el sexenio de Felipe Calderón como presidente de México y la gestión de Genaro García Luna como titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), el ‘superpolicía’ se mudó a Estados Unidos, país en donde incluso intentó adquirir su nacionalidad.
En medio de la controversia que generó la captura y extradición de cabecillas del Cártel de Sinaloa como Reynaldo Zambada García –El Rey-, Sergio Villarreal –El Grande– e, incluso, el mismo Joaquín El Chapo Guzmán, al ex secretario de seguridad pública se le comenzó a vincular con la organización delictiva, señalamientos que poco a poco fiscales fueron uniendo para preparar una acusación en su contra.
Genaro García Luna fue detenido por agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) el 9 de diciembre del 2019 a las afueras del departamento que habitaba en Texas. ¿El motivo? Haber favorecido al Cártel de Sinaloa en operaciones de tráfico de drogas.
«Durante su paso por estos cargos de poder, actuó como aliado importante del Cártel de Sinaloa, asegurándose de que los cargamentos de cocaína con destino a Estados Unidos salieran de México sin problemas, proveyendo información privilegiada a la organización y atacando a la competencia del grupo, según alegan los fiscales. Su presunta recompensa: más de US$50 millones en sobornos«, explica InSight Crime en un artículo sobre El Ingeniero.
Los cargos por los que la justicia de Estados Unidos reclamó a Genaro García Luna fueron, tres por conspiración para traficar cocaína, uno por delincuencia organizada y uno más por haber realizado la falsa declaración de que no había cometido ningún delito en su solicitud de naturalización.
Las pruebas y testimonios clave del juicio
Veinticuatro días después de haber sido detenido en Texas, Genaro García Luna fue trasladado a Nueva York donde su juicio dio inicio en enero de 2023 en la Corte de Brooklyn, la misma donde fue juzgado Joaquín El Chapo Guzmán.
A lo largo del proceso, por los lustrosos pisos de la corte y ante el juez Brian Cogan y los ciudadanos estadounidenses que conformaron el jurado desfilaron una serie de cabecillas criminales que testificaron en contra del ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Uno de los primeros fue Sergio Villarreal, un lugarteniente de Arturo Beltrán Leyva que ante el estrado relató haber sido testigo de negociaciones que Genaro García Luna tuvo con su jefe como, por ejemplo, cuando acordaron sustituir un cargamento de cocaína decomisado en Manzanillo por paquetes con mezcla de harina, azúcar y barniz.
El cabecilla criminal relató que El Barbas fue quien obsequió a El Ingeniero una motocicleta Harley Davidson en agradecimiento por facilitar el trasiego de drogas para su organización.
El Grande, como también es conocido el otrora criminal, también aseguró que él y miembros de la organización delictiva contaban con credenciales y placas apócrifas de la AFI, mismas que la gente al mando del ‘superpolicía’ les proporcionaron.
Óscar Nava Valencia –El Lobo– y el colombiano Harold Poveda –El Conejo– narraron, cada quien por su parte y en distintos días, que el líder del Cártel de los Beltrán Leyva ordenó el secuestro de Genaro García Luna en Morelos para asegurarse de que continuaría favoreciendo a su facción y no a la que encabezaba El Chapo cuando estalló el conflicto que fragmentó la llamada Federación.
Otro de los testigos llamados al estrado durante el juicio fue Israel Ávila, contador de los hermanos Beltrán Leyva que confirmó que El ingeniero se encontraban en la nómina del cártel y, por consecuencia, en los libros de contabilidad que él mismo realizaba.
Aquel relató coincidió con el testimonio de Reynaldo Zambada García, alias El Rey, quien aseguró que millonarias cantidades de dinero eran entregadas a Genaro García Luna en reuniones que se realizaban en un lujoso restaurante de la Avenida Paseo de la Reforma en la capital mexicana.
«García Luna presuntamente entregó información al Cártel de Sinaloa sobre los operativos en su contra, los alertó de las capturas planeadas para sus miembros e intercedió en la liberación de integrantes del cártel detenidos […] se aseguró de que los operativos de seguridad fueran contra los cárteles rivales y no contra sus mecenas, y que puso a funcionarios corruptos en cargos de autoridad en zonas controladas por el Cártel de Sinaloa», profundiza la fundación dedicada al estudio y a la investigación de amenazas para la seguridad nacional de América Latina y El Caribe.
El veredicto
Tras haber escuchado a cada uno de los testigos colaboradores que presentó la fiscalía estadounidense, así como los argumentos con los que la defensa de Genaro García Luna intentó desestimar las acusaciones en su contra, el jurado y el juez Brian Cogan llegaron a una conclusión.
Tras 20 días de juicio, el ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) fue declarado culpable de cada uno de los cinco cargos que pesan en su contra y que lo llevaron de ser Genaro García Luna el superpolicía al reo 59745-177 Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn.
Al respecto, su abogado César de Castro ha declarado que no existe ni una sola prueba factible en contra de su representado pues, argumenta, el caso tiene como base el testimonio de ex criminales que son capaces de decir cualquier cosa a cambio de beneficios penitenciarios o reducciones de condenas.
El mismo Genaro García Luna ha enviado cartas en más de una ocasión desde su reclusión, abogando por su inocencia y afirmando ser víctima de una persecución política.
Dichos factores influyeron en que el juez Brian Cogan retrasara el dictarle sentencia, no obstante, como no hay fecha que no llegue ni deuda que no se pague, este miércoles 16 de octubre Genaro García Luna será sentenciado a una condena que puede ir desde la mínima de 20 años en prisión hasta una cadena perpetua.
Al ‘superpolicía’ se le concedió el utilizar ropa de civil para escuchar su sentencia, así como brindar un discurso en la que se prevé sea una de sus últimas apariciones públicas, cerrando así un caso no solo que indignó gran parte de la ciudadanía sino que fue clave de uno de los periodos más oscuros de la historia de México.
Imagen portada: Archivo