Por José Jaime Ruiz
Caja china, cortina de humo, wag the dog… Había que cambiar la conversación centrada en Genaro García Luna, Felipe Calderón, Norma Piña. ¿La mejor manera? Que una jueza de tierra adentro, en Veracruz, lanzara un ultimátum con una suspensión definitiva, hermanada a las denuncias de Movimiento Ciudadano. Afinar la orquesta antes de que el Titanic se hunda; hacer ruido, aunque no existan nueces, aún así los bots sincronizados con los programas comprados de Ciro Gómez Leyva, por ejemplo, y los chayoteros de siempre.
Son tan básicos en sus partículas elementales, son tan obvios en su nado sincronizado. Pues bien, se lee en los medios de manipulación que una jueza federal ordenó a la presidenta Claudia Sheinbaum y al director del Diario Oficial de la Federación (DOF), Alejandro López González, eliminar la publicación del decreto de la reforma al Poder Judicial, realizada el pasado 15 de septiembre.
Nancy Juárez Salas, jueza Décimo Noveno de Distrito en Coatzacoalcos, les dio a Sheinbaum y al titular del DOF un plazo de 24 horas para llevar a cabo la eliminación del decreto. De incumplir con el requerimiento, advierte la jueza citando el artículo 262 de la Ley de Amparo, que un funcionario público que no obedezca una suspensión dictada en juicio de amparo puede ser penado con hasta nueve años de prisión, una multa 50 a 500 días, su inhabilitación o inclusive su destitución.
La jueza acató órdenes de Norma Piña para distraer la narrativa impuesta por la sentencia condenatoria a García Luna y sus consecuencias, es decir, que se difunda la relación orgánica entre el antiguo personal del secretario de Seguridad de Felipe Calderón y su rescate en altos puestos directivos en el Poder Judicial, por un lado, por el otro, ponerle piedras a la indagatoria del millonario desbloqueo de las cuentas de la esposa de García Luna (Linda Cristina Pereyra) y la posibilidad de que ese dinero provenga del narcotráfico, de ser así, Norma Piña y el Cártel de la Toga serían cómplices de un delito mayúsculo.
El ruido propagado por Norma Piña a través de su jueza no cambiará ni la posible investigación de la fiscalía para indagar el origen del dinero desbloqueado de García Luna ni logrará el ridículo objetivo de nueve años de prisión para Claudia Sheinbaum, su inhabilitación o su destitución. Apenas ruido de la orquesta del Titanic que se hunde con el barco judicial corrupto, patadas de ahogados de Norma Piña y sus delincuentes togados. Sheinbaum ni será destituida ni pisará la cárcel, pero Norma Piña sí tendría como destino el fresco bote.