Por José Jaime Ruiz
El tema no es una jueza corrupta y mediocre de Coatzacoalcos, lo importante son las relaciones impúdicas, orgánicas, entre Norma Piña, Genaro García Luna, el PAN y Alejandro Moreno. Ahí debiera residir el énfasis de la Presidencia de la República, Morena y sus legisladores. Frente a la política ficción, la política en acción. Para la presidenta suprema del Cártel de la Toga y la jueza Nancy Juárez, políticamente es improcedente notificar a Claudia Sheinbaum de desacato, se meterían, si es que ya lo hicieron, en un hoyo legal y, probablemente penal, del cual no podrán salir. Mientras no notifiquen, todo es una cortina de humo; si ya notificaron, serán reprendidas con un juicio político por parte de la mayoría calificada de Morena en el Legislativo.
El mandato del 2 de junio fue la reforma al Poder Judicial y ya se cumplió constitucionalmente. Las resistencias de Norma Piña y sus secuaces son signos de desesperación. Para reventar al Cártel de la Toga es necesario revisar que:
1) la oligarquía nacional los abandonó;
2) no existe presión internacional en contra de la Constitución reformada, ni de los inversionistas ni del gobierno de los EU ni de las descalificadas calificadoras ni de los fondos de inversión;
3) el movimiento judicial carece de apoyo ciudadano, es evidente por sus marchas magras y la desmovilización es su destino mediato;
4) el tiempo trabaja en su contra, mientras prosigan paralizando la justicia más repudio popular concentran;
5) los medios de manipulación carecen de asideros para apoyar mediáticamente un poder que ellos mismos durante lustros señalaron como corrupto, carecen de credibilidad y expulsan a sus comunicadores del micrófono público;
6) las redes digitales agotaron la narrativa del desacato de Sheinbaum; la mañanera del Cártel de la Toga, por sus exclusiones e imposición de temas, va al fracaso;
7) el Ejecutivo y Legislativo suman credibilidad y representatividad, el Judicial descrédito y decisiones impresentables y la impudicia es su sustancia;
8) el énfasis, entonces, es agilizar los trámites de extradición de la esposa de García Luna de los Estados Unidos y, ya en México, investigar el proceso: cuándo, cómo y por qué Norma Piña y sus secuaces descongelaron las cuentas bancarias de recursos de procedencia ilícita a Linda Cristina Pereyra (y las de Luis Cárdenas Palomino);
9) difundir lo más posible la relación impúdica y orgánica de Norma Piña y Genaro García Luna a través de su colaborador en la Secretaría de Seguridad, Ricardo Márquez Blas, impuesto en la SCJN como titular de la coordinación de las labores de administración, seguridad, logística y protocolo, y otra ex colaboradora del narco García Luna, María Fernanda Casanueva de Diego, quien ejerce como secretaria Ejecutiva de Administración del Consejo de la Judicatura Federal.
10) Norma Piña y el Cártel de la Toga cada vez la cagan mejor, hay que dejarlos que sigan manoteando, pataleando en su miasma pútrido. Contra ellos ejercer la autoridad sin autoritarismo, a los verdugos de los ciudadanos nunca hay que darles la oportunidad de victimizarse.
Vivimos tiempos estelares, los viscosos borbotones de Norma Piña y secuaces no dejarán mancha, la democratización del Poder Judicial va, y va bien. Y, sin embargo, hay que destacar la relación impúdica y orgánica entre el narcotraficante criminal Genaro García Luna y la corrupta Norma Piña, esa debe ser la reflexión principal de las líneas discursivas de la 4T, ahí está la agenda: reventar a Norma Piña a través de García Luna, reventar a Norma Piña a través del criminal narcotraficante Genaro García Luna.