La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre. El día 1 corresponde a Todos los Santos y el 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, siendo el segundo día la fecha más destacada para las festividades y concluir con los altares. A continuación, te decimos lo que dice la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Ley Federal del Trabajo (LFT) sobre el 2 de noviembre; reporta MILENIO.
¿Qué indica la SEP con respecto al 2 de noviembre?
El Día de Muertos es una celebración importante para los estudiantes y académicos de nivel básico (preescolar, primaria y secundaria), al organizar actividades para que los alumnos, padres de familia y maestros participen con alguna tradición relacionada con esta celebración.
Sin embargo, en esta ocasión el 2 de noviembre caerá en sábado, un día inhábil para los estudiantes, por lo que no habrá un día de descanso adicional. Por otro lado, el calendario escolar de la SEP marca tres días posteriores sin clases que corresponden al 18, 22 y 29 de noviembre. Por lo tanto, los estudiantes tendrán puentes a lo largo del mes de noviembre.
¿El 2 de noviembre es un día de descanso obligatorio?
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT) el 2 de noviembre no es considerado un día feriado para los trabajadores. Es decir, que no es un día de descanso obligatorio al no formar parte de las celebraciones consideradas por el artículo 74 de la LFT.
No obstante, el 2 de noviembre es una fecha de relevancia cultural en México. La UNESCO describe esta celebración como el encuentro anual entre los pueblos tradicionales y sus ancestros, además de reforzar una función social importante de las comunidades indígenas de nuestro país.
Actualmente, la celebración del Día de Muertos varía en cada estado. Sin embargo, tiene el objetivo de reunir a las familias para dar la bienvenida a sus seres queridos que vuelven del más allá.
El Día de Muertos es un símbolo importante en la tradición mexicana
Las culturas prehispánicas en México tenían la visión del retorno transitorio de las ánimas de los difuntos al mundo de los vivos para convivir con sus familiares y nutrirse de la esencia del alimento que se les colocaban en altares en su honor, con la creencia de que podrían llegar a sentir hambre.
Las primeras civilizaciones de nuestro país enterraban a las personas que fallecían envueltos en petate y organizaban una fiesta para guiarlo en su recorrido al Mictlán. En esta celebración, la muerte no representa una ausencia, sino la presencia viva.
Después de la conquista española en México, la conmemoración del Día de Muertos se mezcló con los rituales religiosos españoles, trasladando la veneración de los difuntos al calendario cristiano el cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, uno de los cultivos principales del país.
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