El director de comunicación de ECOCE, asociación civil ambiental sin fines de lucro, Jaime Torres Fidalgo, aseguró que en México es posible alcanzar la meta de “cero desperdicio” con una adecuada disposición de los residuos reciclables, como son envases y empaques, con un consumo responsable de los diversos productos adquiridos, incluidos la energía eléctrica y el agua; reportó MILENIO.
Se trata de una meta basada en las 3R, es decir, en tres ejes claves: uno es reducir, significa tener un consumo responsable o adquirir productos que realmente vayamos a usar; la segunda es rehusar los productos, un ejemplo claro es la ropa y los contenedores, y el tercero es reciclar aquellos envases o empaques cuyos materiales se pueden aprovechar el mayor tiempo posible generando beneficios de desarrollo.
“El beneficio más evidente es que esos materiales no llegan a contaminar el medio ambiente y, además, con ello evitamos la extracción de nuevos recursos naturales, se ahorra agua, energía y se crean nuevas fuentes de empleo. Tiene muchos beneficios la economía circular tanto ambientales como sociales y económicos”, detalló el especialista.
En el marco de la mesa de discusión “Cero desperdicio”, que presentará MILENIO Foros el 29 de octubre, en las multiplataformas de MILENIO, a las 17:00 horas, Torres Fidalgo reconoció que, aunque “falta mucho por hacer”, México actualmente es líder en reciclaje de PET en América Latina, incluso, está por arriba de Estados Unidos, Canadá y Brasil.
Hace 20 años, recordó, la industria de bebidas y alimentos tuvo la visión de invertir en plantas de reciclaje de los envases de PET, como son las botellas de agua y de refresco, por ejemplo, que esa labor que en ese entonces parecía imposible tuviera un valor monetario para aquellos que se encargan de separar, llevar ese material a los centros de acopio o a las plantas.
“Entonces el 62 por ciento de los envases de PET que se recuperan en México vuelven a ser botellas. Esto es un círculo virtuoso en el que una botella cumple su función y, cuando ya no tiene contenido, se recupera, se procesa y se vuelve a convertir en otra botella. Ese es el camino que se está siguiendo y la idea es que se recuperen cada vez más botellas”, detalló en entrevista.
Asimismo, aclaró que siempre habrá un mínimo desperdicio, pero la idea es “llegar al 100 por ciento de reciclaje y optimizar los procesos del desperdicio de materiales”.
“Lograr cero desperdicio es alcanzar la meta de que todo el material que circula en el mercado, como son envases y empaques, se puedan recuperar para fabricar nuevos productos. En PET estamos muy avanzados y, bueno, cada material lleva su propio proceso”, añadió.
“Pero cuál es el reto: el primer eslabón de la cadena del reciclaje somos nosotros como sociedad. Si nosotros no separamos desde casa, difícilmente el recolector lo va a poder identificar o separar, o va a estar contaminado con productos orgánicos», aseveró.
“Si llega al recolector va a poder canalizarlo a un centro de acopio y del centro de acopio llegará a la planta de reciclaje y, ese es el gran reto. Forma parte de la educación ambiental y, afortunadamente, las nuevas generaciones están muy conscientes de ello”, señaló.
Además, resaltó que se trata de responsabilidad compartida donde sociedad, industria y autoridades deben de contribuir en esta economía circular en el que también debe de haber sistemas de limpia eficientes con una mayor educación de los beneficios ecológicos y también económicos con lleva reciclar adecuadamente.
“Hay quienes se enfocan en el problema y solo sugieren prohibir los plásticos, por ejemplo, cuando el manejo adecuado reduce de manera considerable el uso de energía y de agua. Entonces la clave está en el conocimiento y en la educación ambiental para lograr cumplir esa importante meta”, detalló.
Posteriormente, la labor de ECOCE, asociación civil ambiental sin fines de lucro, creada y auspiciada por la industria de bebidas y alimentos, con el fin de promover la educación ambiental junto con la separación de residuos de envases y empaques reciclables, para su aprovechamiento. Así como contribuir al desarrollo de la industria del reciclaje.
Organiza campañas de comunicación, fomenta la separación de residuos de envases y empaques para su aprovechamiento. Además, atiende la agenda legislativa y regulatoria en México, y ofrece herramientas para llevar hábitos sustentables.
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