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Sensodanza: «El cuerpo es lo más honesto que tenemos, con sus cicatrices y sus historias»

El cuerpo es, para la coreógrafa Diana Fernández, «lo más honesto que tenemos, con sus cicatrices y sus historias; es nuestro primer territorio de vida, con él vas conociendo el mundo y así construyes la realidad»; publica MILENIO.

Fernández, de 45 años, lleva más de dos décadas usando el cuerpo como fragua para su romance con la danza, que comenzó formalmente cuando entró a la preparatoria y, a la fecha, no ha decaído, todo lo contrario: aflora gracias a la compañía que encabeza, Sensodanza, que se maneja desde la independencia y la exploración.

«Lo hacemos por mucho placer, para poder llegar a gente que nunca ha visto danza«, dice en entrevista con MILENIO sobre el proyecto con el que, a la fecha, ha desarrollado más de 20 coreografías.

Entendiendo la labor coreográfica como «un refugio, de los lugares donde me siento más yo», Diana expone a través de sus obras inquietudes de diversa índole. Por ejemplo, con Dolls, que presentó a finales de septiembre en el Multiforo Aliciacuestiona los roles sociales que se imponen a la mujer desde tiempos inmemoriales.

«El arte hace un cambio, más cuando se hace desde un lugar donde se trabaja lo emocional. A la danza a veces le pasa que la ven muy ajena a la humanidad, y buscamos hacerla más accesible, acercarla a algo más normal como la música o las artes plásticas, porque tiene la posibilidad de educar, de sensibilizar».

El trabajo de la coreógrafa tiene como eslabón la ‘danza terapéutica‘: partiendo de autores y «corrientes terapéuticas», interpreta el cuerpo como «una manera de validar, de vivir, de sentir más allá de lo escénico». Esto tiene efecto inmediato en los espectadores o los asistentes a los diplomados de la compañía (que pueden consultarse en www.facebook.com/SensodanzaT): «Se les mueven cosas emocionales».

«Es una manera de habitar el cuerpo más libre; no tanto en la forma, sino en el sentimiento«, explica.

La danza y la coreografía «vienen desde algo más libre, para todos, no para unos cuanto», reflexiona Diana. Esta postura la ha puesto en contra de procesos académicos y del sistema cultural en México que «hacen todo tan cuadrado«. 

«Claro que todo tiene que tener una estructura, lo entiendo, pero no funciono en ese lugar. Soy honesta conmigo y no quiero hacer algo que sufro, sino que disfruto«.

Por eso se desenvuelve desde la independencia, lo que implica un gran reto: el económico. «Siendo una compañía independiente muchas veces no tenemos el recursos: o se compra el vestuario o las invito a comer o compramos maquillaje».

Pero es mayor el beneficio de no ceñirse a una institución: «Permite mantener la línea de lo que pensamos de manera visceral, no tener que darle explicaciones a alguien»». También privilegia que la compañía llegue a públicos más diversos desde escenarios no hegemónicos o poco comunes para el quehacer artístico. 

Hablando de retos, Fernández confiesa que le encantaría «tener un espacio propio» para la compañía, porque ensayan en un lugar que les presta la Secretaría de Cultura y los diplomados los imparten en lugares rentados. 

«No es fácil tener a las bailarinas en un espacio pequeño, porque aquí en mi casa tengo una guarida, pero no cabemos. Aunque no creo en los concursos, estoy un poco peleada con el sistema. Pero cuando te cierran una puerta, se abren otras y en eso estamos trabajando«.

— El elenco de Dolls lo conforman únicamente mujeres. ¿Hay hombres en la compañía? 

— Bueno, Fernando es nuestro iluminador y fotógrafo. Pero me gusta mucho que seamos puras mujeres porque creo que el discurso que presentas tiene que estar pegado a lo que sientes, y yo soy mujer. Hemos trabajado con hombres, pero siento que el movimiento no es desde donde yo quiero que salga. Aunque para nada es un tipo de división.

— ¿Y cualquier mujer interesada se puede integrar a Sensodanza?

— Nos pueden contactar en Facebook o en Instagram, y podríamos empezar a entrenarnos juntas, a tallerear cosas. Es un espacio abierto: mientras se pueda, adelante.

Lo siguiente para Sensodanza es un viaje a Colombia para, el 31 de octubre en el Palacio de Bellas Artes de Medellín, presentar la obra Caronte, que tiene que ver con el mito griego del barquero del inframundo que transporta las almas por el río Estigia. «No sabemos si después de noviembre tengamos algo más, pero esperamos que sí».

Diana Fernández cierra la charla con MILENIO abocada al rol del cuerpo dentro de la danza: «Lo más importante es que lo vuelves tuyo, como una verdad, por eso la gente luego se queda con la piel chinita. No lo piensas, sino que lo habitas y lo mueves,  y eso hace la diferencia«.  

Imagen portada: Cortesía / Fernando Velasco @fernandovelascofoto / MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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