Por José Jaime Ruiz
El diseño del primer mes de gestión fue clave para la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. La comunicación política contó con dos mensajes: control y resultados. Para quienes afirmaron que la presidenta iba a ser una jefa débil, Sheinbaum los acalló… firme, implacable, pero cálida: mano de hierro envuelta en guante de terciopelo. Comandanta Suprema, Claudia impone sutil, implícitamente, su legal poder político, el que se asume como el monopolio legítimo de la violencia. Ejército, Marina, Secretaría de Seguridad, Guardia Nacional, Fiscalía General aúpan a la presidenta desde una autoridad autorizada por 36 millones de votos y sin autoritarismo. Si la oposición bandida no ha entendido esta narrativa de poder de videos y fotografías y que, como todo poder político, se basa en la coacción física, poco entiende a la presidenta: Suprema Claudia, implacable Sheinbaum.